ATHLETIC 1 - GETAFE 1 / Uche se cuela en la fiesta de Nico
Gran partido del nigeriano, fichado del Ceuta, en una tarde en la que San Mamés se rindió al hermano de Iñaki.
A estas alturas, a mediados de agosto, el personal piensa más en extender la toalla en la arena y bostezar en una playa entre chapuzón y chapuzón que en vestirse los colores de su equipo y gritar en un asiento de un estadio. Todo lo que ocurriera en Bilbao era la primera huella de este curso, esa es su única relevancia, porque apenas hubo acciones para recordar más allá de las dos horas de juego más. Al Athletic aún no se le puede pedir ese ‘rock and roll’ del año pasado, irá cogiendo la finura porque esta no se gana de una semana para otra, y este Getafe de retales bastante tiene con salir entero de un terreno de juego. Pues, ojo, puede decirse que el cuadro del Coliseum fue el mejor en el bautismo de la Liga. Al fin y al cabo, su puesta apunto es más sencilla: se trata de coger una armadura, un escudo y saltar a la batalla. Los duelos físicos, la contundencia, casi siempre son suyos.
Con todo ello, reunir a casi 50.000 espectadores a las siete de la tarde en una jornada de inicio de puente deja a las claras lo que engancha el vigente campeón de Copa. Lo más llamativo era ver a Nico Williams, ovacionado desde el calentamiento antes de jugar, con el estadio a sus pies cuando salió en el minuto 72 y con casi las 50.000 almas lanzando un ‘oh’ de admiración con un regate genial en la banda izquierda ante Iglesias. Saltó con una camiseta de manga larga, el único que la portaba, y es raro ante tanto calor ambiental, será cosa del marketing.
Bordalás, con corte de pelo de emperador romano para dar a la escena más aire de pugna entre gladiadores, anda con las herramientas muy justas, pero como de costumbre les saca chispas, va dando forma a un grupo reducido y sin delantero centro. Su sello se nota, aunque el esqueleto sea mínimo. En San Mamés puso un 4-1-4-1 y sorprendiendo con Uche de falso nueve. Aunque manejara el Dream Team azulgrana aquel de Guardiola, mantendría su libreto inalterable. Un juego embarrado, sin ritmo y que va desesperando al rival. Con el balón por los aires, antes de cada contacto saben cómo desequilibrar al rival con un toque magistral. El Athletic amaneció con mucha intranquilidad defensiva, excesivamente tenso, como queriendo agradar desde el calentamiento a su parroquia. Y eso propició una mejor puesta en escena de los visitantes. De hecho, tuvieron las primeras ocasiones de gol. Una galopada de Uche en fuera de juego que detuvo Padilla en el minuto 14 y una acción de Sola ante Gorosabel, dos viejos camaradas de la Real, con el primero robando la cartera al lateral.
Era un Getafe al más puro estilo Bordalás, que no pasó apuros en casi media hora. Se jugaba más en los dominios de Padilla y eso permitió a este coger una confianza que se le escurrió entre las manos en la pretemporada. El partido era un desierto de fútbol. Y en la primera jugada trenzada por los locales, gol. Un pase de Guruzeta y la generación del espacio pertinente de éste en medio campo permitió maniobrar a Sancet por la zona de la mediapunta. Levantó la cabeza y puso la pelota pegada al palo izquierdo de David Soria, inalcanzable para el meta azulón. Un gran tanto, con suficiente elegancia, casi de etiqueta, para inaugurar la Liga.Los madrileños proponían un juego físico. Y en esa pugna cayó lesionado Arambarri. Salió Aleñá en su lugar. Ante las largas demoras en el juego e incidencias, la primera parte se estiró con siete minutos de añadido y en el último suspiro Iñaki Williams lo intentó de lejos, con un balón que rozó la base del poste de Soria. De lo poco que hizo el 9. La familia Williams concentraba esta vez los focos con el pequeño de la saga.
Carles Pérez, uno de los destacados de la primera parte, dejó su sito tras el descanso a Peter Federico, un futbolista alojado bajo una interminable mata capilar, la envidia de la gente a la escasea el pelo. San Mamés se vino abajo al salir a calentar Nico Williams, que devolvió el cariño. Fue en ese instante cuando Yuri se despistó y un centro de Milla desde su costado permitió rematar a Peter Federico hacia la escuadra, aunque el palón pegó en el palo. Se anuló la acción por fuera de juego posicional de un compañero.
El partido andaba sin nadie que lo gobernase. El Getafe mantenía su partitura, con la idea de aprovechar los errores ajenos, las concesiones del enemigo. Y continuó dando sustos. Un error de Paredes en el 52′ dejó pista a Aleñá en un uno contra uno ante Padilla, que coronó una tarde pletórica con una parada de portero de balonmano. Colosal el cancerbero del filial que tantas dudas había dejado en los ensayos estivales. Al Athletic le costaba encadenar tres jugadas tocadas y esas ocasiones del Getafe aún le hicieron tartamudear más. Estaba soso, apático, necesitaba un centrifugado urgente. Se veía venir el 1-1 y llegó de forma inexorable. Lo firmó Uche, un jugador interesante que viene de las catacumbas del balompié y sabe latín. Está doctorado en la universidad de Bordalás, maneja el llamado ‘otro fútbol’ como un experto. En un córner, le soltó Guruzeta en la marca y ganó en la acción por arriba a Herrera.