Racing todavía no muestra su verdadero rostro y su ilusión sufrió un duro cachetazo
El equipo de Gustavo Costas cayó por 1-0 en su visita a Junín
Si frente al Tomba había mostrado su mejor faceta, aquella de la voracidad goleadora y la potencia de sus hombres de ataque, en la excusión a Junín apareció la del equipo al que le cuesta encontrar los espacios frente a un equipo que se cierra y, sobre todo, sufre la escasez de recursos para dar vuelta un resultado cuando arranca en desventaja.
Durante las semanas de receso, Costas ya había divisado en el horizonte lo que se le venía a Racing. El entrenador no quería tropezar dos veces con la misma piedra. Si la Academia había protagonizado un buen primer semestre pero había terminado con las manos vacías en parte era por las derrotas como local que había sufrido ante Godoy Cruz, Sarmiento y Unión. Esos rivales que no acostumbran a estar en la pelea por el título fueron los que le sacaron la chance de llegar a las instancias finales de la Copa de la Liga.
Por eso, aunque aún al campeonato le quede un largo tramo, Costas buscaba evitar caer en el mismo error. En la reanudación, tocaban esos mismos tres rivales en una semana. En otro orden: Godoy Cruz, Sarmiento, Unión. Lo habló con el plantel durante la pretemporada en Ciudad del Este. La primera prueba ante Godoy Cruz, en el Cilindro, la superó con una contundente goleada por 3 a 0. Ante su gente, germinó el entusiasmo de que este equipo tenía con qué pelear por el título, tal como lo prometió cuando Costas asumió en el cargo a finales de 2023.
En el segundo obstáculo se mancó. En Junín, casi repitió el partido que se había dado en marzo en Avellaneda. Sarmiento pegó en el primer tiempo. Un lateral al área, dos rechazos fallidos y un remate de Ezequiel Naya que se desvió en el camino alcanzó para desnivelar el partido. Y con ese primer impacto el equipo de Israel Damonte logró sellar el resultado. Si a lo largo de este 2024 la Academia construyó una identidad de ser un equipo de delanteros, que llega al gol de manera fácil y repetida, también demostró tener mandíbula de cristal. De las ocho veces que arrancó perdiendo en el año, siete terminó abajo en el marcador. Apenas una vez pudo rescatar un punto, ante Defensa y Justicia. Es que no le pudo encontrar alternativas eficaces a ese juego directo con el que exprime las virtudes de Adrián Martínez y Maximiliano Salas.
Cuando sus delanteros zurdos no andan derechos de cara al gol, como ocurrió en el estadio Eva Perón, la Academia no exhibe variantes. Dos chances tuvo Maravilla. La inicial, con el resultado todavía en cero: la pelota se fue ancha por el primer palo. La segunda, en desventaja: quedó solo frente a Lucas Acosta en el área chica y cuando el remate tenía destino de gol se encontró con un defensor local. Acosta sí se lució ante un remate de Salas desde la medialuna del área, en el comienzo del partido. Fueron las pocas chances que acumuló Racing en 90 minutos, ante un equipo que no dudó en darle pelota y espacio.
En seis de los últimos ocho partidos, Racing terminó con la valla invicta en su arco. Sólo Lanús y Sarmiento le marcaron tantos. Goles que alcanzaron para llevarse los tres puntos. No se trata de problemas defensivos o de funcionamiento, sino de reacción, anímicos. Algo que ya había anticipado en la pretemporada. Y que ocurrió en el segundo partido.