Qué pasó y qué podría pasar en las próximas horas tras las elecciones en Venezuela
Un resumen de los principales sucesos de la jornada de ayer. Expectativa por la postura de Brasil y México, el papel de los militares y los observadores internacionales
—Tras el anuncio del CNE, un organismo manejado por el operador clave del régimen Elvis Amoroso, Nicolás Maduro pronunció un insólito discurso donde pidió “respetar la voluntad popular”. “Puedo decir ante el pueblo de Venezuela y el mundo: soy Nicolás Maduro Moros, presidente reelecto de la República Bolivariana de Venezuela”, clamó ante cientos de seguidores en el palacio presidencial de Miraflores en Caracas. “Va a haber paz estabilidad y justicia. Paz y respeto a la ley”, enfatizó.
—Edmundo González, el candidato que reemplazó a Machado después que la líder opositora fuera inhabilitada por el régimen, se sumó al rechazo a los resultados anunciados por el CNE: “Nuestra lucha continúa y no descansaremos hasta que la voluntad del pueblo de Venezuela sea respetada”. Señaló que en los comicios del 28 de julio se violaron todas las normas y, desde la oposición, se exigió a las autoridades electorales presentar todas las actas emitidas por las máquinas de votación para verificar los datos del conteo.
-La estrategia del chavismo parece ir una vez más por el lado de la persecución a los opositores. En principio justificaron la demora en dar los resultados y la falta de acceso a los mismos en la página del Consejo Nacional Electoral (CNE) con un presunto ataque perpetrado “desde Macedonia del Norte”, según lo dicho por el fiscal general Tarek William Saab. Además señaló puntutalmente a María Corina Machado como responsable de haber intentado manipular los resultados en la web oficial mediante este intento.
—En apoyo de la postura opositora están no sólo los sondeos a pie de urna y los datos recogidos en muchos colegios electorales, sino también una cifra de participación del 60% (muy alta, teniendo en cuenta que 8 millones de venezolanos han abandonado el país) difícilmente compatible con la idea de que los ciudadanos hayan querido confirmar en masa su apoyo a un régimen que ha llevado a Venezuela al borde del colapso. En esta nota, los cuatro puntos claves para entender por qué Maduro cometió el mayor fraude de la historia de América Latina.
—A nivel internacional, Maduro parece más aislado que en el pasado. Con la excepción de países alineados ideológicamente con el chavismo como Cuba, Bolivia, Honduras y Nicaragua, y aliados como Rusia, Irán y China, gran parte de la comunidad internacional se abstuvo de reconocer los resultados. En América Latina, ni Colombia, ni Chile y ni Brasil, países todos gobernados por mandatarios progresistas, se han pronunciado a favor de reconocer la victoria de Maduro. Hay expectativa por la postura que tomará el presidente brasileño Luiz Ignacio Lula da Silva, líder del país más poderoso e influyente de la región. México tampoco ha emitido comentarios por el momento.
—Estados Unidos también puso en duda los resultados. “Tenemos serias preocupaciones de que los resultados anunciados no reflejan la voluntad o los votos del pueblo venezolano”, declaró el Secretario de Estado norteamericano Antony Blinken.
—La Unión Europea pidió al gobierno que respetara la voluntad de los votantes y publicara los registros electorales. “El pueblo de Venezuela votó sobre el futuro de su país de manera pacífica y masiva”, escribió el jefe de política exterior de la UE, Josep Borrell. “Su voluntad debe ser respetada. Es vital asegurar la total transparencia del proceso electoral, incluyendo el conteo detallado de los votos y el acceso a las actas de votación de mesas electorales”.
—Qué puede pasar ahora: María Corina Machado hizo un llamamiento al pueblo para que no recurra a la violencia e instó a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) a “hacer respetar la soberanía popular”. Los movimientos de los militares, liderados por el ministro de Defensa Vladimir Padrino López y que en el pasado han siempre respaldado al régimen, podrían ser clave en las próximas horas.
—Las miradas también están puestas en los observadores técnicos de las elecciones, en particular el Centro Carter y la ONU, además de la CELAC, la Unión Africana y la Comunidad del Caribe (CARICOM).