PARÍS 2024 | NATACIÓN / Marchand ya es el Léon de París

El francés se cuelga su primer oro en unos Juegos con una descomunal exhibición en los 400 estilos, rebajando el récord olímpico de Phelps, presente en La Défense. Hugo, a la final de 100 espalda.

Iván Molero
As
Ruge La Defénse Arena, y se propaga por Nanterre, París, Francia y el movimiento olímpico. Porque se adivina el nacimiento de una nueva era. Porque el rugido auténtico que se expande por el planeta es el de León. El de Léon Marchand. “¡Léon, Léon!”, le grita desde que entra en escena y en cada aleteo cada una de las 17.000 almas que observan en directo la natación. Que se han preparado para el evento coreando espontáneamente La Marsellesa. Y que, para que ningún detalle caiga en el saco roto del azar, han visto al GOAT, a Michael Phelps paseándose junto a la pileta, tocando con la yema de los dedos el agua, viéndose a sí mismo en las pantallas gigantes, intercambiándose aplausos con la grada. En definitiva, preparando la sucesión como en todo reinado que se precie.

El escenario no podía ser más idílico. En casa. En la prueba en la que hace un año batió el último gran récord mundial que aún ostentaba su ídolo -que ese día ya le entregó el oro mundial-, con el que comparte entrenador (el legendario Bob Bowman), el pupilo del Tiburón de Baltimore se colgó el primer oro olímpico de estos Juegos, de su carrera, para convertirse, a pesar de que su tierra natal es Toulouse, en el Léon de París. El contraste entre el silencio más absoluto antes del pistoletazo inicial con la explosión de fervor desde el primer segundo de la prueba fue toda una metáfora de la explosividad con la cual el nadador de 22 años se desató hasta hacerse con el récord olímpico del propio Phelps, rebajándolo en casi un segundo, de 4:03.84 a 4:02.95.

Porque la exhibición de Marchand fue descomunal, superando por más de medio segundo a Daiya Sato y al resto de mortales en la mariposa (54.32), sacándole ya un cuerpo al resto de contrincantes al final del tramo de espalda (1:56.76), exhibiéndose como la fuerza de la naturaleza que es en la braza (3:04.24) y disfrutando, ya celebrando la victoria pero sin frenar ni un instante, en un crol que hizo a la multitud sumergirse en una euforia desenfrenada, y desplegar y ondear por toda La Défense Arena banderas tricolor. 5.67 le acabó sacando a Tomoyuki Matsushita, plata, y cuatro centésimas más a Carson Foster, bronce.

Y esto no ha hecho más que comenzar. Como sucede con todas las eras. La del francés proseguirá el martes, cuando abordará las series de los 200 metros mariposa y de los 200 braza a partir de las 11:00, con la culminación el jueves con los 200 estilos. El “¡León, Léon!” seguirá propagándose y rugiendo por todo el planeta.

Gretchen Walsh felicita a su compatriota Torri Huske.
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Gretchen Walsh felicita a su compatriota Torri Huske.JONATHAN NACKSTRANDAFP

Huske le usurpa el oro a Walsh

Aún con la emoción desatada, cruzándose incluso con Marchand y compañía sobre la moqueta, se procedió a la final de los 100 mariposa femeninos. Y en este caso sí hubo sorpresa, y de las mayúsculas. Se tomó la estadounidense Torri Huske (55.59) la revancha de los Trials de hace un mes, en que Gretchen Walsh la superó haciéndose con el récord del mundo de la distancia, antes de hacer lo propio con el récord olímpico en las semifinales de este sábado ya en París. Por cuatro centésimas le arrebató el oro en un último largo descomunal, ya que partía Huske de la tercera posición, que finalmente fue para la subcampeona en Tokio 2020, Zhang Yufei. Emma McKeon, uno de los nombres propios de aquellos Juegos, terminó sexta la única prueba individual que tenía programada en París.

Hugo se mete octavo en la final

Capaz de todo como demostró hace cinco meses en Doha con su oro en 200 espalda y la plata en los 100, no tenía Hugo las mejores combinaciones para pasar a la final del hectómetro en estos Juegos. Tras haber marcado por la mañana el decimocuarto mejor tiempo (53.68), partía desde la calle 1 en la primera semifinal. Es decir, carril lateral y sin más referencia que la del checo Miroslav Knedla.

Alcanzó el viraje en una desalentadora sexta posición (25.51) pero mejoró su tiempo de las series (52.95) y su posición, quinto en su semifinal, por lo que le quedaba esperar a la otra para saber si estaría entre los ocho elegidos. Y lo estará, este lunes a las 21:19 horas, por las dos centésimas que le sacó a Evangelos Makrygiannis, noveno. Lo sorprendente es que sí quedaron apeados colosos como Hubert Kos o el vigente campeón del mundo y hasta hace poco compañero de Hugo en Cal, Hunter Armstrong.

Hugo González.
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Hugo González. Lavandeira JrEFE

Peaty comparte plata con Fink

El resultado más inesperado de la noche fue en cualquier caso el que deparó la final de los 100 braza masculinos. Dominaba Qin Haiyang en los primeros 50 metros, pero se desplomó hasta la séptima posición (59.50). Solo un puesto por delante tocó pared Arno Kamminga. Y Adam Peaty, el gran retornado, no logró sumar su tercer oro olímpico consecutivo en la distancia por dos centésimas.

Se lo arrebató contra todo pronóstico el italiano Nicolo Martinenghi (59.03). Al británico, y también a Nic Fink, que marcó exactamente el mismo tiempo, por lo que ambos ocuparon el cajón de la plata. Curiosamente, repitió Peaty una escena muy similar a la que se había vivido en Nanterre el sábado con Caeleb Dressel, acercándose emocionado a su pareja y su hijo.

Popovici, camino del primer oro

En las semifinales de los 200 libres masculinos volvió a imponerse con autoridad David Popovici (1:44.53), casi medio segundo por delante de Duncan Scott (1:44.94), el vigente subcampeón olímpico, con Luke Hobson y Lukas Maertens inmediatamente en la persecución. El coreano Sunwoo Hwang se quedó fuera de la final de este lunes a partir de las 20:30, después de que el chino Pan Zhanle no pasara por la mañana directamente de las series.

La imagen de Adam Peaty y Nic Fink en el cajón de la plata y Nicolo Martinenghi, arriba con el oro.
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La imagen de Adam Peaty y Nic Fink en el cajón de la plata y Nicolo Martinenghi, arriba con el oro.OLI SCARFFAFP

Fuera Meilutyte y Li Bingjie

También habrá ausencias destacadas en la final de los 100 braza femeninos, ya que Ruta Meilutyte acabó las semifinales con el undécimo mejor tiempo y Tes Schouten fue décima. Anastasia Gorbenko directamente no las nadó, tal como había avisado a primera hora de la tarde. Así que las dominadoras fueron Tatjana Smith (1:05.00), Mona McSharry y Lilly King, que de repetir la misma posición en la final volvería a ocupar el mimso peldaño en el podio que en Tokio 2020, donde fue bronce.

Y no podían ser menos los 200 libres, en los que Li Bingjie quedó décima (1:56.56), por lo que tampoco podrá concurrir en una lucha por las medallas que lidera la vigente campeona olímpica tanto de esta distancia como de los 400, en este último caso tras colgarse el oro el sábado: marcó Ariarne Titmus un tiempo de 1:54.64, por delante de Mollie O’Callaghan y de Claire Weinstein.

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