Oriente, de la mano de Monasterio, vuelve al ruedo tras superar a Guabirá (2-1)

Los albiverdes fueron efectivos y festejaron con goles de Franz Gonzales y Carlos Áñez. Había igualado parcialmente Alejandro Meleán. Con el DT Joaquín Monasterio al frente, Oriente revivió

El Deber

Para Oriente Petrolero todo lo que sea sumar, en este torneo, es bienvenido, no importa cómo. Este domingo superó por 2-1 a un deslucido Guabirá, se aprovechó al máximo los desaciertos rivales y se logró marcar para asegurar la segunda victoria al hilo. El triunfo le permite sumar 9 puntos y escalar a la séptima ubicación del Clausura 2024.


Para destacar en los Albiverdes, Gílbert Álvarez, siempre activo, no solo pisando el área para generar riesgo, sino habilitando a sus compañeros. El partido pudo haber acabado igualado, pero a los 90’ y 92’ el arquero Alejandro Tórres terminó salvando al equipo con tapadas espectaculares a Milciades Portillo y Juan Carlos Montenegro, con remates a quemarropa.

Los dos fueron muy flacos en defensa, los azucareros con Portillo y Zaspe y los Albiverdes con Eduardo Álvarez y Carlos Áñez. Oriente fue el más efectivo y festejó tres puntos esperados porque aprovechando que The Strongest y Bolívar no ganaron, gana un poco de terreno para ilusionarse. Lo de Guabirá es preocupante porque sigue sin dar en el clavo.

En la primera etapa Oriente hizo suyo el partido, o en realidad, lo controló sin problemas ante un Guabirá errático, timorato y con poca audacia arriba. En cambio, los dirigidos por Joaquín Monasterio, marcaron la diferencia con Gílbert Álvarez en ofensiva, activo y sobre todo lúcido para habilitar a sus compañeros como Hugo Dorrego y Kevin Salvatierra.

El remate de Dorrego (10’) que pasó apenas desviado y otro zapatazo de Diego Barreto (17’) que tapó Manuel Ferrel, fueron las dos ocasiones más peligrosas, hasta que a los 22’ llegó el 1-0. Dorrego envió un pase perfecto al corazón del área que lo cazó Franz Gonzales que golpeó al palo izquierdo del meta para salir festejando. Ese gol era el premio justo para el local.

Oriente, sin hacer mucho, marcaba una diferencia, mientras que Guabirá era un manojo de nervios. El técnico, Humberto Viviani, recriminó en más de una ocasión al meta Ferrel y a los hombres de la última línea como Dico Roca y Leandro Zaspe. Alguna arremetida de Paniagua no bastó, porque atrás Eduardo Álvarez y Carlos Áñez, cortaron rápido el riesgo en su arco.

En el complemento dio la impresión que Guabirá comenzó con todo, adelantando líneas e intentando presionar en salida. A los 52’ llegó el 1-1 tras centro de Jorge Lovera, el balón chocó en la nuca de ‘Quique’ Flores y le quedó servida a Alejandro Meleán; el volante apuntó y liquidó originando el festejo de los azucareros en el Tahuichi.

Ese gol impulsó y como había que reaccionar, Monasterio ordenó el ingreso de Marcos Riquelme que apenas pisó gramado, avisó con un cabezazo hacia el palo derecho de Ferrel. Ese envión lo aprovechó bien Oriente porque a 64’ selló el 2-1 tras un tiro de esquina y errores en la defensa visitante que ‘Ricky’ Áñez cazó para liquidar con remate fuerte.

Ese gol le dio a Oriente confianza y después apostó por cuidar el resultado, sin renunciar al ataque, pero cuidando las bandas. No fue fácil porque los errores atrás se siguieron repitiendo; de todas formas, como Japa ni Quintana están encendidos en Guabirá, esto facilitó las cosas. La presión de Guabirá solo se dio en el tramo final donde apareció el meta Tórres.

La victoria pone en lo alto a Joaquín Monasterio, un joven técnico que sigue haciendo un buen trabajo, levantando a un equipo hundido que ya logró dos triunfos al hilo. Los credenciales de Monasterio quedaron más que claro ya que logró poner en el ruedo a un equipo que parecía haber dejado escapar la ilusión antes del reinicio del torneo. 

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