Los cruces ilegales en la frontera entre Estados Unidos y México cayeron a su nivel más bajo en tres años
Durante junio, la Patrulla Fronteriza procesó aproximadamente 84,000 migrantes. En mayo se registraron 118,000 aprehensiones, en abril 129,000, en marzo 137,000 y en febrero 141,000
Andrew Selee, presidente del Instituto de Políticas Migratorias, indicó que “los números han estado bajando antes del anuncio presidencial, pero descendieron mucho más después, por lo que hay que dar crédito a eso”. La CBP registró en mayo 118.000 aprehensiones; 129.000 en abril; 137.000 en marzo; y 141.000 en febrero, lo que muestra una tendencia descendente desde principios de primavera.
La reducción de los cruces se ha observado en varias regiones fronterizas, incluidas áreas remotas y montañosas de Arizona y California, que se habían convertido en sectores de alto tránsito de entradas ilegales.
Los cruces se han reducido también debido a factores externos como patrones climáticos y tácticas de traficantes, quienes controlan el movimiento de migrantes en muchas partes de México. Las temperaturas a lo largo de la frontera con Estados Unidos han aumentado rápidamente y se espera que continúen subiendo durante el verano.
Esta campaña se ha reforzado con los esfuerzos de México de frenar la migración hacia Estados Unidos, llevando a cabo más deportaciones al sur de México y evitando que los migrantes aborden trenes y autobuses.
La operación comenzó después de una reunión en diciembre del año pasado entre altos funcionarios estadounidenses y mexicanos, cuando las aprehensiones de migrantes en la frontera estadounidense alcanzaron un cuarto de millón, un récord histórico.
Según CBS News, funcionarios estadounidenses consideran que la prohibición parcial del asilo es el principal factor detrás de la fuerte caída en los cruces. Desde el anuncio del 4 de junio, el promedio diario de aprehensiones de migrantes cayó por debajo de 2.000, casi la mitad del promedio de mayo de 3.800. Este número está cerca del umbral de 1.500 que la administración Biden estableció para suspender las restricciones de asilo.
Política de asilo de Biden
El enfoque de la política de asilo ha permitido a los funcionarios de inmigración estadounidenses deportar a un mayor número de migrantes, principalmente de México y otros países de América Latina, sin una evaluación completa de asilo.
Sólo aquellos que afirman temer por su seguridad al ser deportados están siendo evaluados, pero bajo estándares más estrictos para protecciones menos conocidas que no otorgan refugio legal permanente, según informó CBS News.
El procesamiento de asilos en puertos de entrada ha continuado bajo la proclamación de Biden. Los funcionarios fronterizos estadounidenses siguen procesando y admitiendo aproximadamente 1.500 migrantes por día en estos puntos de entrada legales, utilizando una aplicación conocida como CBP One para coordinar sus llegadas.
Las reglas de asilo más estrictas han llevado a una disminución del 60% en las liberaciones de migrantes, algo que los funcionarios consideran un factor de atracción para la migración.
Aunque la política de asilo de Biden ha tenido un impacto limitado en migrantes de países lejanos del hemisferio oriental, como China y partes de África, donde Estados Unidos no realiza deportaciones regulares.
A pesar de estar prohibidos de solicitar asilo bajo el decreto de Biden, algunos de estos migrantes están siendo liberados en Estados Unidos debido a restricciones diplomáticas u operativas que impiden su retorno a casa o a México.
La orden de asilo de Biden también enfrenta desafíos legales. La Unión de Libertades Civiles (ACLU) presentó una demanda en un tribunal federal argumentando que la política viola la ley de asilo de Estados Unidos y aumenta el riesgo de que funcionarios estadounidenses envíen a migrantes de vuelta a lugares donde pueden ser dañados.
En respuesta a peticiones similares, los tribunales federales bloquearon una prohibición de asilo similar durante la administración de Trump.