La singular historia de la tenista multimillonaria que brilla en Wimbledon: acumula más dinero que Djokovic, Federer y Nadal juntos

Emma Navarro superó a Naomi Osaka en la tercera ronda ante la presencia de su padre Ben, un reconocido empresario estadounidense

Infobae

Emma Navarro, la talentosa tenista de 23 años, dio la sorpresa al vencer a Naomi Osaka, ex número uno del mundo, en la tercera ronda de Wimbledon. La estadounidense se impuso con un contundente 6-4 y 6-1 en tan solo 59 minutos, demostrando su destreza en la pista central. Sin embargo, su actuación deportiva se ha visto acompañada por un detalle que gira en torno a su origen privilegiado y su famoso padre.


La emergente jugadora es hija de Ben Navarro, un magnate estadounidense cuya fortuna está valorada en 1.200 millones de dólares, según la revista especializada en finanzas Forbes. Este dato resalta aún más cuando se compara con las de Roger Federer (550 millones), Novak Djokovic (240 millones) y Rafa Nadal (220 millones), que no alcanzan esa cifra ni en conjunto.

Ben Navarro, conocido por fundar Sherman Group y Credit One (Negocio especializado en tarjetas de crédito y cobro de deudas), es también un gran aficionado al tenis y propietario del Western & Southern Open (Masters de Cincinnati).

“Como aficionado, padre y empresario, el tenis ha aportado mucho a nuestra familia. El tenis juvenil ha brindado un lugar para que nuestros hijos aprendan una ética de trabajo, desarrollen amistad a través de la lucha compartida y aprendan a manejar la decepción, la derrota y, a veces, incluso la injusticia”, consideraba Ben en 2019 a The Post and Courier.

Su padre, Ben Navarro es un aficionado al tenis (Reuters)
Su padre, Ben Navarro es un aficionado al tenis (Reuters)

Emma, en tanto, llegó a describir a su padre como “el tipo más listo que conozco” y regularmente defiende con firmeza su carrera en el tenis, a pesar de los privilegios económicos que le acompañaron durante su formación. “Los resultados y la clasificación en el WTA no es algo que llegue fácilmente... Aunque parece que llegué de la noche a la mañana, he trabajado mucho a lo largo de los años”, subrayó la tenista durante su última participación en Roland Garros.

Navarro, quien comenzó a jugar al tenis desde una edad muy temprana, supo canalizar la influencia de su padre hacia una sólida carrera deportiva. “Tan pronto como tuve la edad y la fuerza suficientes para sostener una raqueta, estaba en la pista de tenis con mi padre y hermanos”, reveló en una entrevista con Charleston Mag. Su dedicación y esfuerzo se hicieron evidentes cuando se consagró campeona de la NCAA en 2021 con la Universidad de Virginia. Actualmente, se posiciona como la decimoséptima mejor jugadora del ránking WTA.

En Wimbledon, la tenista de 23 años demostró no solo talento, sino también resiliencia frente a las críticas que a menudo acompañan su éxito. Su siguiente desafío será enfrentarse a la rusa Diana Shnaider, quien derrotó a Sloane Stephen en la ronda anterior por 6-1 y 6-1.

La tenista ocupa el decimoséptimo lugar en el ranking WTA (Reuters)
La tenista ocupa el decimoséptimo lugar en el ranking WTA (Reuters)

El caso de Emma Navarro no es único en el circuito femenino. Jessica Pegula, otro nombre de alto perfil en el tenis, también enfrentó desafíos similares. Pegula, actualmente número 5 del mundo, es hija de Terrence Pegula, un multimillonario con una fortuna de 6.400 millones de euros, propietario de los Buffalo Sabres (NHL) y los Buffalo Bills (NFL).

“Creo que la gente apoya más a los que menos posibilidades tienen, así que nunca he sentido de verdad que la gente apoyase mi historia. No lo digo en el mal sentido, simplemente es lo que siento. Y no me importa, no me afecta, está bien así. Lo entiendo, y creo que he mejorado al tratar de superar ese obstáculo y asumirlo más como, vale, puede que mi historia no sea la de alguien más desfavorecida, pero es una historia interesante”, explicaba Pegula en una entrevista con The Guardian a comienzos del 2023, quien también ha sido objeto de críticas debido al poder adquisitivo de su familia.

Ambas tenistas nunca ocultaron la influencia de su fortuna en su desarrollo. Sin embargo, ambas supieron demostrar en la cancha que el esfuerzo y la habilidad es lo que realmente cuenta. Ni los millones de Pegula ni los de Navarro, les permitieron escalar en el ranking WTA si no hubiera sido por las victorias conseguidas dentro de los recintos deportivos.

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