Gallardo no tenga el poder absoluto para el manejo del fútbol
Nadie quiso confirmar oficialmente el regreso del Muñeco, pero la práctica está pautada para este martes, desde las 15, en el predio de Ezeiza
La NaciónLas expectativas e ilusiones se multiplican con el transcurso de las horas. Aunque en River nadie quiere confirmar el regreso de Marcelo Gallardo como reemplazante de Martín Demichelis, todas las señales indican que el Muñeco tendrá su segundo ciclo a partir de este martes. Es que no sólo se intensificaron los contactos entre el técnico más ganador de la historia del club y el presidente Jorge Brito, sino que además una fuente le confirmó a LA NACION que el plantel profesional deberá presenciar una reunión antes de iniciar las tareas a las 15, en el predio de Ezeiza. Allí, a la misma hora, está programada la práctica de la reserva, cuyo DT, Marcelo Escudero, debería ser el responsable de conducir como interino al primer equipo si no es designado el sustituto de Demichelis.
Ningún directivo habló públicamente tras el adiós de Demichelis, pero Brito hizo una reflexión entre tristeza y frustración cuando empezó la sesión ordinaria de Comisión Directiva, ante la presencia de unos 100 socios, durante la tarde del lunes, en el salón de honor Rafael Aragón Cabrera. “Hago un mea culpa. Quizás, desde nuestro lugar como Comisión Directiva, no lo supimos defender como se merecía”, remarcó el titular de la entidad de Núñez, segundos después de iniciar el acto formal a las 18.07. Puertas adentro, también realizó un pedido de unidad en el momento más complejo de su gestión: “River por encima de todo y de todos”.
Mientras tanto, unas horas antes, Gallardo esquivó las doce cámaras de televisión cuando aterrizó en el Aeroparque Jorge Newbery luego de observar el imponente Río de la Plata y el estadio Monumental. Una vez que se bajó del avión proveniente de Mendoza, donde visitó a Nahuel, el mayor de sus cuatro hijos e integrante del plantel de Independiente Rivadavia, el Muñeco eludió las salidas convencionales: un transfer esperaba por él, su esposa, Geraldine La Rosa, y Benjamín, el hijo de apenas cinco años recién cumplidos, en la pista luego de que la aeronave tocara la tierra a las 9.41. El siguiente destino fue una incógnita en medio de rumores de una reunión inminente con Brito, algo que no ocurrió hasta la noche del lunes.
Más allá del enorme deseo de ambas partes para lograr un acuerdo que provocaría la felicidad de millones de hinchas de River, Brito y Gallardo deben pulir detalles sobre la forma de trabajo, el monto del contrato, la duración y, muy especialmente, la división de poderes en el manejo del fútbol profesional, una tarea que requiere conversaciones profundas. Este aspecto no es un detalle menor porque la gestión actual no quiere que el Muñeco acapare tanta fuerza como sucedió durante el segundo periodo de Rodolfo D’Onofrio, cuando el DT tenía bajo su órbita el primer equipo y una línea de trabajo que incluía a la reserva y las divisiones inferiores.
En ese contexto, el tira y afloja es inevitable con una premisa en común: ceder hasta encontrar un equilibrio que permita repartir los roles armoniosamente después de algunos cortocircuitos que se produjeron entre Gallardo y diferentes protagonistas de la institución en 2022.
Tras la experiencia sin éxito en Arabia Saudita como técnico de Al-Ittihad, Gallardo llevar varias semanas instalado en Buenos Aires. Dio el visto bueno cuando la cúpula dirigencial de River hizo un sondeo para saber si tenía interés en volver. Y un dato a tener en cuenta es que el Muñeco, por razones vinculadas a la salud de su padre, Máximo, pretende vivir en el país. Por eso es viable el escenario para retornar a River, donde es el hombre más ganador de la historia del club con 22 títulos, un orgullo que comparte con Ángel Labruna, además de que ambos están representados por sus respectivas estatuas sobre la avenida Figueroa Alcorta, a metros del Monumental.
Multicampeón a nivel local e internacional, Gallardo fue solicitado por los hinchas luego del partido que River le ganó 1-0 a Sarmiento, el domingo pasado. El grito de “Muñeeecooo, Muñeeecooo” no formaba parte del repertorio desde el 16 de octubre de 2022, cuando el DT se despidió con una caída por 2 a 1 contra Rosario Central, tres días después de anunciar su decisión de no continuar.
Ahora, a 20 meses de su partida, cada vez está más cerca de su segunda casa. Nunca pasó más de cuatro años fuera de River desde que se incorporó a las divisiones inferiores. Tuvo tres etapas como jugador del club (1993-99, 2003-06 y 2009-10) y está por alcanzar la segunda como entrenador, un hecho que tiene como antecedentes más inmediatos los casos de Ramón Díaz, ganador de al menos un título en cada uno de sus tres ciclos, Daniel Passarella, Américo Gallego y Leonardo Astrada.
La obsesión por conquistar la quinta Libertadores, su intención de volver a trabajar en el club tras despedirse sin vueltas olímpicas en 2022 y el hambre de gloria, una necesidad que ni siquiera se detuvo luego de vencer a Boca en Madrid, motivan a Gallardo. Pero más allá de eso, existe otra emoción de mayor peso: el sentido de pertenencia, regresar a su verdadero lugar en el mundo.