EURO 2024 (1/8) | AUSTRIA 1-TURQUÍA 2 / Demiral hace de Güler

El central turco hizo dos goles tras sendas asistencias del jugador del Real Madrid. Austria apabulló por tramos, pero la resistencia de Turquía fue heroica.

Pablo M. Fuentenebro
As
Sin medias tintas. En un inicio fulgurante, Turquía tumbó a Austria. Le sirvió una genialidad de Arda Güler y mucha capacidad de sufrimiento. El mayor ejercicio de heroicidad que se haya visto por el momento en esta Eurocopa. Un picotazo de Güler, que puso con mordiente un córner envenenado al área chica dio vida al primer gol. Una rosca difícil de defender y más tras un lío tremendo de Baumgartner. No supo qué hacer con el balón y Demiral fusiló a Pentz.

Ese primer minuto glorioso turco hizo saltar por los aires cualquier estrategia previa. A Austria le dejó tocada y a Vincenzo Montella le hizo sacar su vena italiana. Defender férreamente, en ocasiones hasta con línea de cinco, y dejar el resto a lo que inventaran los tres de arriba: Yildiz, Yilmaz y principalmente Güler. El guion perfecto para el corazón y la pasión turca. No será el equipo más preciosista del continente, pero es un equipo con alma y eso le vale para estar en cuartos.

Del minuto 1 al 77 se jugó al ritmo que quiso Güler (hasta que le dio la gasolina). Montella se inventó de nuevo al madridista como falso nueve y lo bordó. Su movilidad volvió loca a la defensa de Ralf Rangnick. El 8 turco parecía tener ojos en la nuca. Exquisito todo el partido jugando de espaldas. Todo pasa por sus botas. Los saques de esquina, los balones parados... hasta se atrevió a hacer el gol de la Eurocopa con un lanzamiento desde el círculo del centro del campo. No encontró portería. Fue una lástima, ya no por el gol si no por la intención. De puro genio.

Demiral, gol.
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Demiral, gol. HANNIBAL HANSCHKEEFE

Austria no perdió nunca la cara al partido. Cogió aire, puso una marcha más y metió miedo. El seleccionador Rangnick soltaba en la previa que “Austria sería campeona” y sonaba a perogrullada y de las gordas, pero su reacción fue de campeona. Incomodó e hizo sufrir a Turquía. Tras pasar por el vestuario, cambió el dibujo y le puso deberes a los ahora inseguros centrales otomanos. Otro delantero, Gregoritsch y Arnautovic más en el área rival. Las ocasiones caían una tras otra. Hasta seis se acumularon en los primeros diez minutos de la segunda mitad: Laimer, Sabitzer, Arnautovic... Era cuestión de tiempo el empate. Turquía estaba grogui, se tambaleaba. El vértigo a los cuartos de final le hacía mella... Hasta que otro córner sacado por Güler lo remató como un coloso Demiral. Cabezazo imperial que valía mirar de tú a tú a Países Bajos. Un punto y final, pero no para el juego desatado de los austriacos. Capaces de lo mejor y de lo peor.

Asedio sin premio

La fiesta turca en Leipzig duró poco. Gregoritsch, en otro saque de esquina, puso lo pies en el suelo a los de Montella y al bigoleador Demiral, que dejó desprotegida su espalda. Quedaban 25 minutos por delante que pondrían a prueba la resistencia turca. Sufrimiento máximo para una Turquía que físicamente estaba al límite. Montella no vio otra solución que quitar a todo su talento sobre el campo para coger oxígeno: Güler y Yildiz, al banco. Tiro en el pie o genialidad de técnico veterano. Un morir matando que tuvo final feliz.

El asedio austriaco a la portería turca continuaba sin descanso. Era agobiante, asfixiante. En total resistieron: 21 disparos y 10 córners, pero la heroicidad se quedó en el bando turco. En la manera de achicar balones hasta dejarse la última gota de sudor. En la espectacular estirada del portero Günok en la última intentona de Baumgartner. Austria dice adiós a la Eurocopa con honores. Mereció mejor premio, pero le condenó su endeblez defensiva. Turquía sobrevivió con más corazón, con el talento de Güler y mucha, mucha suerte. 

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