Este es el alimento que un neurólogo aconseja evitar para proteger la memoria
La dieta diaria influye en gran medida en nuestro envejecimiento, por lo que debemos conocer cuáles son los mejores alimentos para cuidar nuestro cerebro
El azúcar no negativa en sí misma, ya que el cerebro necesita de ella para obtener la energía y funcionar correctamente durante todo el día. Sin embargo, lo cierto es que un desequilibrio de los niveles de azúcar pueden dañar el sistema nervioso y los vasos sanguíneos, desembocando en varios problemas de salud.
Aquellas personas que consumen bebidas azucaradas a diario experimentan, tarde o temprano, una subida de peso. A largo plazo, el efecto sobre la memoria es más que notable, pues esta va deteriorándose con el paso de los años. “Esto priva al cerebro de los combustibles que necesita para funcionar, lo que provoca demencia prematura y accidentes cerebrovasculares”, explica el doctor Lakhan.
Alimentos para cuidar la memoria
Al contrario que los refrescos, son varios los alimentos que protegen nuestra salud cerebral y que son extensamente recomendados por los nutricionistas. Los pescados grasos son una excelente fuente de ácidos grasos omega-3, grasas insaturadas saludables que se han vinculado a niveles más bajos de beta-amiloide en la sangre, la proteína que forma placas dañinas en el cerebro de las personas con enfermedad de Alzheimer. Se recomienda consumir pescado al menos dos veces por semana, preferiblemente optando por variedades bajas en mercurio, como el salmón, el bacalao, el atún claro enlatado y el abadejo. Otras fuentes vegetales de omega-3 son las semillas de lino, los aguacates o las nueces.
Las nueces son excelentes fuentes de proteínas y grasas saludables, y un tipo de nuez en particular, la nuez común, podría mejorar la memoria. Un estudio de la Universidad de California (UCLA) relacionó un mayor consumo de nueces con mejores resultados en pruebas cognitivas. Las nueces son ricas en ácido alfa-linolénico (ALA), un tipo de ácido graso omega-3, que se ha asociado con una presión arterial más baja y arterias más limpias, lo cual es beneficioso tanto para el corazón como para el cerebro.