El lado desconocido de Didier Deschamps: cómo sobrelleva las críticas por el juego de Francia y la tragedia que marcó su vida
El entrenador galo, campeón del mundo en 2018, aspira a convertirse en el primer DT en ganar la Eurocopa como técnico y jugador
El francés Didier Deschamps aspira a ser el primer hombre en ganar la Eurocopa tanto como jugador como seleccionador. Fue campeón en el 2000 con Les Bleus, en la famosa final frente a Italia en la que David Trezeguet marcó el gol de oro para Francia en el minuto 103, y puede lograr coronarse como entrenador, aunque la semifinal con España no será nada sencilla. Estuvo muy cerca en 2016, pero el gol de Eder para Portugal se lo impidió. Desde entonces, los galos llevan esa espina clavada.
El entrenador campeón del mundo con Francia en 2018 nunca pasó inadvertido. Desde su desempeño en el campo hasta su papel como seleccionador, siempre se ha destacado. Sin embargo, su bajo perfil y sus declaraciones medidas hacen que se hable poco de él. Deschamps no celebra los goles con la efusividad de Tité, ni provoca como Louis van Gaal, generalmente se lo ve tranquilo e intentando transmitir calma. Recientemente cumplió 12 años al frente del combinado francés, desde que sucedió a Laurent Blanc. Uno de sus mayores logros es estar en el selecto grupo de tres personas que han ganado la Copa del Mundo como jugador y como técnico, junto a Mario Zagallo y Franz Beckenbauer.
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Detrás de su sonrisa hay una historia humana que Deschamps no ha revelado. La muerte lo tocó dos veces demasiado pronto: la Navidad no es alegre desde 1987. El 21 de diciembre de aquel año, su hermano Philippe voló en el AF 1919 de Bruselas a Burdeos. El vuelo despegó a las 12:30, pero nunca aterrizó. El mal tiempo dificultó la aproximación, y el avión se estrelló, resultando en la muerte de los 16 ocupantes. Deschamps tenía 19 años cuando esto ocurrió, marcándolo para siempre.
Tres años antes, en la cantera del Nantes, compuso una gran amistad con Marcel Desailly, el defensor central que logró la Copa del Mundo en 1998. El 16 de noviembre de 1984, el hermanastro de Desailly, Seth Adonko, murió en un accidente automovilístico. Deschamps, con 16 años, asumió la tarea de informarle a Desailly, ya que ningún directivo del Nantes se atrevió.
Quizá por estas experiencias, Deschamps soporta las críticas con calma, especialmente en la actual Eurocopa en la que su equipo es juzgado duramente por la prensa gala y mundial, ya que su equipo no encuentra su mejor nivel. En la zona de grupos obtuvo el segundo lugar luego de vencer a Austria en el debut y empatar con Países Bajos y Polonia. En octavos, sufrió con Bélgica, pero pudo conseguir la victoria sobre sobre el final con un gol de Jan Vertonghe en contra en el minuto 85. El último viernes pudo conseguir el pase a la semifinal luego de vencer a Portugal por penales. El presente futbolístico no es el mejor y ahora le toca jugar con España, el equipo que mejor nivel demostró hasta acá. Deschamps sabe que el fútbol es solo eso, fútbol, y que en la vida hay cosas más importantes que un gol o una sustitución, tal vez esa sea la razón por la cual transita estos momentos de frenesí con la tranquilidad que lo caracteriza.
