EEUU condenó la “aplastante represión” de Kim Jong-un: “No sorprende que la gente quiera huir de Corea del Norte”
La Casa Blanca lamentó que el régimen de Pyongyang restrinja los principios y las libertades básicas de los ciudadanos, y que atente contra la democracia por medio de sus prácticas autoritarias
Si bien el funcionario evitó hacer alusión a algún caso en particular, sus palabras se produjeron la misma semana que se conoció que un alto diplomático de Pyongyang apostado en Cuba había desertado a Seúl en noviembre. Según informó la prensa, el ciudadano fue identificado como Ri Il Kyu y su decisión fue previa al reinicio de relaciones diplomáticas entre el Sur y La Habana, cuyo impedimento encabezó las prioridades de su gestión en la isla.
Kyu eligió asentarse en la capital surcoreana junto a su familia tras la “frustración y el enfado” que le generó una evaluación laboral injusta en el puesto que ocupaba en el Ministerio de Exteriores norcoreano, así como la negativa a su solicitud para recibir tratamiento médico en México.
“Todo norcoreano piensa al menos una vez en vivir en Corea del Sur. La decepción con el régimen norcoreano y un futuro lúgubre me llevaron a considerar la deserción”, dijo.
Sigue la tensión con Seúl
Durante la madrugada del viernes, el Ejército de Corea del Sur encendió nuevamente los altavoces en la frontera con el país vecino para reanudar la propaganda opositora y advertir ante el envío de nuevos globos con basura, una práctica a la que Kim Jong-un ha comenzado a recurrir en las últimas semanas.
“Se aconseja a los ciudadanos que tengan cuidado con los restos que caen. Si encuentran algún globo caído, no lo toquen e informen a la unidad militar o a la comisaría de policía más cercana”, dicen las advertencias, aunque todas las pruebas realizadas hasta la fecha sobre las piezas expusieron que se trata más bien de varios tipos de basura y estiércol, sin ninguna clase de sustancias peligrosas como materiales químicos, biológicos o radiactivos.
El último de estos episodios se había registrado a finales de junio, cuando ya se habían contabilizado más de dos millares de globos ingresados en territorio surcoreano como respuesta al envío de panfletos contra el régimen y memorias USB con K-Pop y series de televisión en globos a través de la frontera, por parte de un grupo de activistas.
El Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales evaluó la represalia de Pyongyang y consideró que “no hay que tomarla a la ligera” ya que “los globos cargados de basura y los daños que provocan son una forma de terrorismo suave”. En tanto, el Estado Mayor Conjunto del Sur advirtió que su respuesta militar “dependerá totalmente de las acciones de su rival”, dejando la puerta abierta a cualquier alternativa que sea necesaria.
El envío de globos a un territorio vecino, así como la emisión de declaraciones opositoras con altavoces, son parte de las campañas de guerra psicológica que se emplearon durante la Guerra Fría y que los bandos habían acordado pausar en los últimos años. Sin embargo, ante un repunte de tensiones, como el que se vive por estos momentos, estas tácticas no tardan en aflorar.