Desarrollaron en Uruguay la primera vacuna para el dolor crónico en perros y gatos
Las dosis fueron elaboradas con proteínas sintéticas. Los científicos estiman que se pondrá a la venta en veterinarias en dos años, una vez finalizados los ensayos clínicos
Infobae
(Desde Montevideo, Uruguay) - Hace más de una década se comenzó a desarrollar en el Institut Pasteur de Uruguay una tecnología que derivó en la primera vacuna contra el dolor crónico de la osteoartrosis en perros. Los investigadores que trabajaban en el Laboratorio de Neurodegeneración se dieron cuenta que entre sus manos tenían algo más que una investigación clásica y que podrían pasar del instituto al mercado.
La vacuna, todavía en fase de prueba, se llama Xep 01 y fue elaborada con proteínas diseñadas sintéticamente. Los investigadores comprobaron que lograron neutralizar los mecanismos que dan origen a la inflamación crónica y el dolor en los animales. Cuando se vacuna al perro o al gato, las proteínas inducen al sistema inmune del organismo a generar anticuerpos específicos y, así, potencian la respuesta natural para combatir la inflamación.
Los científicos ya hicieron un ensayo de seguridad que comprobó que la vacuna es “totalmente segura” porque no provoca ningún efecto secundario, según dijo Correa. “Eso es importante aclararlo porque es algo que nos preguntan todo el tiempo”, aseguró.
Ahora los científicos comenzaron a trabajar con la Facultad de Veterinaria de la estatal Universidad de la República. En conjunto, están haciendo ensayos de eficacia o validación. Estas pruebas se necesitan para conseguir el registro de la agencia reguladora correspondiente, que en este caso es el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP).
Para esta etapa, los investigadores necesitan hacer un rápido reclutamiento de perros, que deben cumplir con algunos requisitos. Los animales deben estar doloridos al menos hace tres meses o estar rengos en al menos uno de sus miembros; tener osteoartrosis diagnosticada; que la renguera no sea consecuencia de una enfermedad neurológica, infecciosa, neoplástica o autoinmune, y que no tengan ninguna enfermedad concomitante.
“Una de las ventajas que hemos visto en ensayos preliminares frente a los medicamentos que se utilizan actualmente para esta enfermedad es que nuestra vacuna tiene un efecto a largo plazo. De hecho, después de las cuatro inmunizaciones iniciales vimos que hasta los seis meses ningún perro necesitó un refuerzo. Entonces el protocolo sería cuatro inmunizaciones iniciales y después una cada seis meses”, detalló la científica.
Se necesitan 100 perros para una fase de vacunación que se iniciará el próximo mes. La vacuna se compone de cuatro dosis administradas durante dos meses.
Respecto a la osteoartrosis, Correa aseguró que es más prevalente cuanto más viejo sea el animal. Un 80% de los perros mayores a nueve años la tienen.
La firma tiene la primera vacuna de calidad GMP, que significa que cumple con una serie de normas internacionales de manufactura que garantizan su seguridad. “Esto es un hito súper importante porque muestra que nuestro producto tiene la formulación adecuada para ser vendido”, expresó.
La idea de los investigadores es comercializar la vacuna en veterinarias una vez que obtengan la habilitación del MGAP. Este proceso, sin embargo, les podrá insumir unos dos años a partir de ahora, estiman. Los científicos buscan con su empresa tener proyección internacional, lo que los ha hecho estar en contacto con agencias reguladoras de la región y la FDA de Estados Unidos.