COPA AMÉRICA | BRASIL 1-COLOMBIA 1 / Colombia apaga el ‘efecto Vini’
Brasil se deja dos puntos y el liderato en Santa Clara. James Rodríguez y Luis Díaz anulan la creatividad de Vini y Rodrygo. Uruguay aguarda en Las Vegas.
Brasil llegaba a Santa Clara siendo un lobo con piel de cordero. El relato de no ser favoritos en esta Copa América lo compraron casi todos. Casi todos, menos Colombia. Una final entre dos de los mejores equipos de la actualidad estaba servida en California. Se auguraba un duelo de altura, de individualidades, de calidad y, sobretodo, de mucho fútbol. Así lo aseguraban ambos técnicos en la previa del partido y no fallaron.
Todas las miradas estaban puestos en un nombre, Vinicius Junior. Tras reivindicarse ante Paraguay, el mejor siete tenía que volver a aparecer. Dorival apostaba por él a pesar de acarrear una amonestación, las necesidades así lo marcaban. Brasil arrancó bien el partido, concentrada en todos sus puestos, decidida a no dejar un cabo suelto. Pero la variable James Rodríguez quiso aparecer para anular al candidato el Balón de Oro. A minutos del inicio, el diez estrelló un tiro a balón parado al palo de Alisson. Mientras Colombia avisaba con balas de fogueo -la puntería parecía no acompañar-, en Brasil un suplente se reivindicó.
Raphinha volvía al once en un partido decisivo. Su desempeño ante Costa Rica dejó que desear, pero en la primera ocasión que tuvo no falló. Un milagro entró rozando el palo a balón parado para reventar el planteamiento de Colombia. Apenas se habían jugado diez minutos y el ambiente en en el Levi’s no hacía más que escalar. La marea colombianos desplazados hasta el feudo de los 49ers -el rojo del estadio se tiñó de amarillo cafetero-, hizo que Colombia jugara en casa.
Brasil aguantó como pudo la pasión que Colombia intentaba plasmar en el verde. Cuando Militão y Marquinhos no llegaban, el VAR lo hizo por ellos. La Canarinha se salvó del empate a la media hora tras un fuera de juego milimétrico de Davinson Sánchez. La tensión estaba a flor de piel. Por cada falta de uno y otro lado se pedía la amarilla, sin importar que fuera auténtica o ficticia. Hasta que la olla a presión estalló. El partido derivó a una guerra sin cuartel. Brasil aguantó y peleó. Pudo aumentar su ventaja por un penalti no pitado a Vini, pero el VAR no lo valoró como tal. Pero, al final, la Canarinha se desmoronó. Un error en la salida de Alisson marcó el principio de la pesadilla. El empate llegó. James arrancó la jugada del empate. Pase a Córdoba desde el suelo para la asistencia a Luis Díaz. Colombia no iba a soltar el liderato tan fácil.
Los Cafeteros anularon a la pentacampeona. Dorival miraba atónito desde la banda cómo sus pupilos corrían sin descanso detrás de la pelota como un niño persiguiendo un globo. Mientras Brasil se desinflaba, los olés de los afición resonaban en la grada para disgusto de todos. Colombia dominaba, Brasil no parecía Brasil. Los fantasmas de las Eliminatorias pasaban fugaces por la memoria. Todo lo que podía fallar, falló en Santa Clara.
El segundo de Brasil parecía tan lejano que de un plumazo Dorival quitó a Rodrygo y Paquetá. La Canarinha se resignaba al empate en un partido donde fue de más a menos. La Verdeamarela poco se parecía a ese equipo que maravilló en Las Vegas. En el verde todos parecían conformarse con el empate, todos menos Colombia. Borré perdonó a Brasil del tiro de gracia a puerta vacía. La entrada de Endrick al filo del pitido tampoco tuvo el efecto que se esperaba. Solo un disparo de Andreas Pereira animó momentáneamente a la pentacampeona, pero ya era demasiado tarde. Brasil se deja dos puntos y el liderato en Santa Clara. Uruguay espera en Las Vegas. La Canarinha no evita el camino más duro para la final.