Boca contó con los debuts de Medel, Belmonte, Aguirre y Milton Giménez, pero entregó las mismas dudas de casi siempre
Lento, inconexo y sin ideas, el equipo xeneize completó los peores primeros 45 minutos en el ciclo de Diego Martínez ante Defensa; el DT tuvo que pegar volantazos tácticos para corregir defectos
El primer tiempo fue todo del local. Boca pateó una sola vez al arco y fue el penal convertido por Merentiel, tras mano clara de Ayrton Portillo sancionada por el VAR. El Halcón, que llevaba diez sin ganar (cinco empates, cinco derrotas), aprovechó el desconcierto táctico del Xeneize para imponerse en todas las líneas. Sin varios de sus habituales titulares (Advíncula, Rojo y Cavani, más los convocados a los Juegos), aunque con sus cuatro refuerzos en la cancha (Medel, Belmonte, Aguirre y Giménez), Martínez armó un 11 parchado que no tuvo, siquiera, una fisonomía de equipo definida.
Lento, inconexo y sin ideas, Boca completó los peores 45 minutos en el ciclo del DT. Con Pol Fernández en la doble función de volante tapón y stopper por la derecha; con el chico Dylan Gorosito sufriendo cada trepada por izquierda del ex Racing Ignacio Galván y un incómodo Aguirre en la posición de interno por la izquierda, Boca padeció los embates de un Halcón que exigía cada vez más a un Chiquito Romero descoordinado que tampoco estaba en su noche: floja respuesta en el gol de Ramos Mingo y reacción tardía en el 2-1 de Molinas (muy similar al que le convirtió Walter Bou en la derrota frente a Lanús). Lo mejor de Boca surgió en los pies de Lautaro Blanco, que con pelotazos cruzados dejó un par de veces a Merentiel cara a cara con Fiermarin.
Martínez tomó nota del pésimo primer tiempo de su equipo y cambió nombres y dispositivo táctico para afrontar la segunda etapa: pasó del 4-1-3-2 al 4-3-3 con Di Lollo de lateral (en lugar de Gorosito), Medel y Mendia (por Delgado) en la zaga, Pol Fernández de 5 y Aguirre de wing derecho. Una formación mucho más lógica que la inicial, sin parches, con todos los jugadores en sus puestos naturales. Y Boca, entonces, mostró una cara diferente. Porque ocupó mejor los espacios en el medio y porque Defensa ya no tuvo la claridad y la intensidad de los minutos iniciales.
Saralegui aportó frescura por derecha y formó un buen tándem con Aguirre, de aceptable debut. Belmonte lució más de 5 que de 8 y a Milton Giménez le sentó mejor el dibujo con tres puntas que con dos, aunque su gol provino de una buena habilitación de Merentiel. De físico privilegiado, el ex Banfield superó con el cuerpo a Ramos Mingo y definió con lo justo ante la salida de Fiermarín. Y entre Portillo y Kevin Gutiérrez hicieron el resto: los dos llegaban a despejarla, pero se molestaron entre ellos y la empujaron a la red. Un blooper.
Lo mejor del partido
Pese a la imagen del final, para Boca fue un nuevo paso atrás en un torneo que le sigue siendo esquivo: dos triunfos, dos empates y dos derrotas para cerrar la sexta fecha a seis puntos de los líderes. Una brecha importante teniendo en cuenta la escasa cantidad de partidos que se llevan disputados. El Xeneize, es cierto, no contó con la mayoría de sus titulares. Un poco por obligación (tiene tres futbolistas convocados a los Juegos) y otro poco por decisión del DT, que decidió preservar a algunos futbolistas de cara a la revancha de este miércoles frente a Independiente del Valle, por los playoffs de la Copa Sudamericana. El 0 a 0 en Ecuador dejó la serie a pedir de Boca, que no tiene margen para el error.
Cuesta encontrarle el lado positivo a este empate de Boca en el Tito Tomaghello. La reacción del segundo tiempo no alcanza a maquillar una campaña que continúa muy lejos de colmar las expectativas. Para Boca vendrá ahora una seguidilla de siete juegos en 28 días donde se verá realmente para qué está el equipo. Eso sí: los resultados mandan y en Boca no existen los medianos plazos. En Varela, el Xeneize sumó un punto y demasiados interrogantes.