¿Un robo histórico? El Mejor Defensor de Jordan pudo estar amañado
Un analista norteamericano demuestra como los números defensivos de Jordan cambiaron en casa o fuera de casa de una forma cuestionable. En la 1987-88, juntó el MVP con el premio a Mejor Defensor.
En la 1987-88, Jordan tuvo la siguiente estadística: 35 puntos (la temporada anterior se fue a 37,1), 5,5 rebotes, 5,9 asistencias, 3,2 robos y 1,6 tapones. Superó los 30 tantos en 41 ocasiones, los 40 en 14 y los 50 en cuatro, con un tope de 59 ante los Pistons... que luego les eliminaron en playoffs, en semifinales de Conferencia, en la primera de las tres derrotas consecutivas que los Bad Boys infringieron a esos Bulls. También consiguió 13 dobles-dobles y 2 triples-dobles, además de lanzar por encima del 53% en tiros de campo. Su tope en rebotes fue de 13, en asistencias de otros 13, en robos de 10 (¡¡!!) y en tapones de 5, algo que consiguió en dos ocasiones. Una temporada maravillosa que certificó que estábamos ante el mejor jugador del mundo a pesar de que la entidad de Chicago, entrenada entonces por Doug Collins, no conseguía optar al anillo. Faltaba algo de fritura para eso y llegaría poco después.
Sin embargo, la temporada no estuvo exenta de polémica. En la NBA, donde las narrativas son constantes y no hay nadie que escape al escrutinio de la opinión pública, mucho menos las grandes leyendas, todo tiene su dosis de aficionados y detractores, de fanáticos y seguidores que no lo son tanto. El periodista y analista Tim Haberstroh (Yahoo Sports) ha sido el encargado de elaborar un detallado informe para cuestionar el premio a Mejor Defensor para Jordan. Algo que ya hizo, aunque sin aportar datos tan detallados, un Scottie Pippen que se ha hartado a criticar al que entonces fue su compañero en comparecencias o su autobiografía, haciendo evidente la enorme distancia que hay entre ambos. Un tema que no es la primera vez que se pone de relieve, pero que ahora insiste sobre un posible amaño para que Jordan se hiciera con el trofeo, haciendo historia por el camino.
Según el informe de Haberstroh, los números de Jordan en robos y tapones eran diferentes en casa que fuera de casa, y era la mesa la que apañaba e hinchaba este tipo de estadísticas. Es más, el cálculo es que la diferencia era del 187% entre robos y tapones. Jordan registró 165 robos en casa y 94 como visitante, una brecha de 71 robos, siendo la segunda más cercana de 47, de Alvin Robertson. Ni siquiera se acerca a esa cifra. En lo referente a los tapones, se fue a 87 en el United Center y 47 fuera de ahí. Como local habría sido octavo de la competición. Como visitante, el 21. Jordan promedió 4 robos y 2,1 bloqueos en casa esa temporada. Pero fuera de casa, esas cifras se redujeron casi a la mitad: 2,1 robos y 1,2 tapones por partido.
Más. Los números acumulados de Jordan (números de robos y bloqueos combinados) terminaron en la friolera de 5,5 cada 36 minutos en casa en comparación con los 3,0 como visitante. Para eliminar la variable del tiempo de juego fuera de casa o en casa, el uso de estadísticas de 36 minutos ayuda a cubrir el factor de tiempo de juego, tal y como señala Haberstroh. La disparidad del 182% entre jugar en casa o fuera representa un cambio masivo en las cifras. Ningún ganador del premio al Mejor Defensor se acercó a ese espectacular. El más cercano lo encontramos, de hecho, justo en la temporada siguiente, la 1988-89: 159%. Un dato impresionante.
¿Quién fue el responsable?
Los informes señalan que Bob Rosenberg era el responsable de la mesa de anotaciones del United Center y que además tenía una estrecha relación con Jordan, que se acercaba constantemente para observar sus datos y encargarse de que los periódicos hablaran de él antes que de nadie. Dicho hombre también fue durante varios años el encargado de mantener las estadísticas de los White Sox, los Bears y los Blackhawks, equipos naturales de la ciudad de Chicago. Es más, esa misma temporada Jordan recriminó a Rosenberg no avisarle de que estaba a 2 puntos de Wilt Chamberlain en el All Star Game, que ese curso se celebraba en Chicago. El récord era de 42 tantos y el escolta se quedó en 40. Algo similar, por cierto, se dijo de Jaren Jackson recientemente, cuando ganó el premio a Mejor Defensor. Lo llamaron home cooking. Cocina en casa. Amaños en casa.
Rosenberg reconoció en Chicago Tribune que Jordan le hacía señales durante los partidos y admitió haberle ayudado a mejorar ciertas estadísticas, aunque sin aclarar cómo. También se le acusó de, por ejemplo, inflar las estadísticas en rebotes de Dennis Rodman. En un partido ante los Hawks de esa misma temporada se dijo que hubo tres balones muertos por parte del equipo de Atlanta que se adjudicaron a Jordan como robos. La estadística final mostraba 10 pérdidas de los visitantes y 10 robos de los locales, algo casi imposible por los balones sueltos, faltas en ataque... que contabilizan de un lado pero no de otro. Una ligera sospecha entorno a un arquetipo de grandeza como la estrella de los Bulls, que se retiró como una auténtica leyenda y sigue siendo hoy considerado por muchos como el mejor jugador de la historia de la NBA. Pero claro, para los mejores existen más todavía este tipo de debates. Y todo se pone en duda. Siempre. Para algunos, es parte de la gracia del deporte. Otros opinan distinto, claro. Es lo que tiene.