TENIS | ROLAND GARROS / Alcaraz remonta para jugar su primera final de Roland Garros

El español vence en los cinco sets de un extraño partido al italiano Sinner y se enfrentará el domingo (15:00) a Alexander Zverev.

Nacho Albarrán
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Se esperaba un partidazo en las semifinales de Roland Garros, en el clásico de hoy, que fue no hace mucho el del futuro, entre Carlos Alcaraz y Jannik Sinner, dos tenistas llamados a marcar época. No lo fue desde un punto de vista escrupulosamente tenístico, por culpa de la tensión. Pero no faltó épica y emoción, porque fueron precisos cinco sets (2-6, 6-3, 3-6, 6-4 y 6-3) y más de cuatro horas de generosa pugna para ver triunfar al español, que ahora domina la rivalidad por 5-4 y llega por primera vez a la final del torneo parisino, su tercera de Grand Slam, tras la que ganó en el US Open 2022 y Wimbledon 2023. El domingo (15:00, Eurosport y DMAX) peleará por alzar la Copa de los Mosqueteros contra el alemán Alexander Zverev, que derrotó en cuatro sets al noruego Casper Ruud.

“Tienes que encontrar la forma de disfrutar sufriendo, esa es la clave. Aquí en Roland Garros hay intercambios largos, partidos largos, tienes que pelear y sufrir. Como le he dicho a mi equipo muchas veces, tienes que disfrutar de sufrir”, dijo Alcaraz, que nunca había ganado un partido en el major francés después de perder el primer set. En esta ocasión remontó, con más fe y corazón que tenis. Y así obtuvo su 10 victoria en partidos de cinco sets. Solo ha perdido uno, ante otro italiano, Matteo Berrettini, en el Open de Australia 2022. A Sinner, virtual número uno del mundo, ya le ha ganado dos, contando con aquel maravilloso en el US Open de ese mismo año.

Muchos espectadores no habían podido entrar aún a la Philippe Chatrier, con un ambiente caluroso en las zonas de sol y fresquito en las de sombra, cuando Sinner ganaba ya por 4-0, en apenas 18 minutos. Carlitos no olía la bola. De hecho, no fue hasta el sexto juego cuando ganó su primer punto al resto, que le sirvió para hacer después su primer quiebre. Lo malo es que su rival le había endilgado antes. Le había hecho sufrir con bolas altas y pesadas y golpes cruzados para obligarle a responder en movimiento. Era tarde para voltear el marcador.

“Métete en la pelea, vamos, el partido es muy largo tío”, le decía su entrenador, Juan Carlos Ferrero. Y sí pudo igualarlo en el segundo set, a pesar de que el murciano lo comenzó mal, perdiendo su servicio y no sabiendo aprovechar las dos dobles faltas que hizo Sinner en el suyo. Estaba entre la espada y la pared, cuando, de repente, se soltó, empezó a dejar correr más su derecha y eso le permitió controlar la manga con un 5-0.

Fue el preludio de un tercer set dantesco, que parecía tener en el bolsillo Alcaraz cuando se adelantó con otro quiebre. Sin embargo, no le duró nada y el encuentro entró en una fase en la que ambos estaban tiesos, totalmente atenazados por la situación. Sinner abría y cerraba el puño derecho y giraba la muñeca izquierda. Por ello recibió un masaje en el brazo diestro. Más tarde le masajearían los dos muslos. Tampoco andaba fino Charly, que empezó a tirar primeros saques a velocidades muy bajas, alguno a 158 km/h. “Le pasa algo”, se comentaba en la zona de prensa del estadio. Pero no pidió tiempo muerto médico ni se marchó al vestuario tras perder el parcial.

Desde la grada, el equipo de Alcaraz lo daba todo para intentar que su chico se viniera arriba. “Déjatelo todo. Exígete”, se escuchó en varias voces. Y el nivel, el suyo, pero también en del Jannik, aumentó. A trancas y barrancas se fue creciendo el de El Palmar, con pequeñas conquistas. Hasta que en un momento que fue decisivo, su oponente tiró fuera un remate fácil y un juego que había encarrilado con un 30-0 se le torció hasta el punto de perderlo y, con él, el set.

Punto de inflexión

Ese error dio paso a un quinto acto imprevisible. Carlitos se puso duro, aguantó en los intercambios largos. Sinner lo vio y trató de hacer saque-red. Guerra táctica. Y primera escaramuza a favor de Alcaraz, con un passing tremendo y una derecha a la línea: 2-0 y la final, más cerca. “Invierte en tu tenis”, le espetaba Ferrero. Y vaya si lo hizo. Cada vez mejor, con fuerza y también mano exquisita para las dejadas. Los fallos, que los hubo, los contrarrestó con una actitud positiva, abandonando desánimo y quejas de minutos pasados. A pesar de que el sol y sombra de la pista le incomodaba.

Cuando sacó para ganar, podían notarse sus nervios de lejos. También la angustia de Sinner. Y la cara de póker de Juanki. Y en esas, llegó el primer punto de partido para Alcaraz. Lo salvó su contrincante, muy valiente. Hubo un segundo, que derrochó Charly con un drive largo. Hasta que hizo bueno el tercero, gracias a un derecho al que no llegó Jannik con tiempo para devolverlo en condiciones. Fue el cierre de un partido que se recordara porque lo puede significar.

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