Tarjeta Rojo

La expulsión del defensor cambió el partido y le costó la derrota a Boca, que jugó mal, condicionado y sigue sin ser confiable, como su capitán.

Lo único bueno de la roja a Marcos es que debido a su expulsión, Martínez tuvo que rearmar la defensa y sacó a Janson. Pero lo bueno dura poco: tras el entretiempo, Martínez sacó al Equi -otra lesión de las muchas del plantel- para poner a Briasco. Y conviene prestar especial atención a este tema: mientras Platense tenía en el banco a Angulo, que entró bien y provocó la salida de Advíncula -ya estaba amonestado-, además de tirar el centro del gol, el delantero de la selección armenia (pobre Armenia) tuvo el empate al final y lo desaprovechó insólitamente, mano a mano, solito contra un arquero que no sabemos cómo ataja. Es un dato fatal: Platense tiene mejor banco que Boca. Simplemente vergonzoso. Aunque suene repetitivo, es necesario hablar del mal plantel que tiene Martínez a disposición, con un puñado de titulares y muy poco recambio. Quienes dicen que esto se soluciona con cuatro o cinco contrataciones, evidentemente no saben de qué hablan. Porque incluso entre los titulares hay problemas: la fragilidad de Cavani, por ejemplo, una vez más ausente por una dolencia física. Entonces, por él entra Janson. Langoni lesionado, Zeballos volviendo de una larga ausencia, Benedetto condenado... Esto se repite en todas las líneas: Campuzano a punto de salir -nunca debió haber vuelto-, Fabra con la fecha de vencimiento grabada en la frente, Valentini colgado, Anselmino -muy buen proyecto- también desgarrado, Figal lesionado, Blondel roto por un tiempo largo... Las cuentas no cierran.

Rojo se fue expulsado por doble amarilla

El resultado es este partido en el que Boca casi no generó situaciones de gol (apenas tiros de afuera en el arranque y la de Briasco al final). En el segundo tiempo, directamente, no pateó al arco. Y Platense, por el contrario, tuvo varias: tres o cuatro salvó Romero, otra Di Lollo... Que Platense te pelotee -hasta acá no había ganado- habla a las claras de un equipo con problemas. La tabla de posiciones lo refleja bien: cuatro puntos de doce, un triunfo y dos derrotas, seis puntos por debajo del puntero Racing (que sería lo de menos, porque es Racing). Un mal semestre, definitivamente, más allá de lo que piense Martínez, porque a esto hay que agregarle los objetivos incumplidos: Copa de la Liga y el grupo de Sudamericana.

No hubo, salvo aquellas tapadas de Romero, puntos rescatables en Boca. Mal partido de los laterales, muy controlado Zenón, bien Equi mientras estuvo pero tuvo que salir, Medina levantó algo pero no fue suficiente. Lo que viene será peor, porque encima perderá a las principales figuras para los Juegos Olímpicos, justo cuando hay que definir la continuidad en la Copa. Ese puede ser un punto de quiebre para Martínez, o debería serlo si no se logra la clasificación a octavos, lo que sería realmente un papelón. Queda el partido con Vélez, que no cambiará nada de todo esto: las conclusiones serán las mismas. Y luego, el receso como para trabajar seriamente en el mercado, salir a comprar soluciones, no problemas. En ese último partido de la Liga no estará Rojo, con quien Martínez dijo que hablará en la semana. Hoy, ese tipo que llegó para aportar su jerarquía la dio en gotero y en cambio recibió un torrente de afecto. Boca le entregó a Rojo mucho más de lo que recibió de él, que pocas veces estuvo a la altura del desafío. Los que toman decisiones sabrán qué hacer. 


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