River se va envuelto en sombras al receso y Riestra vivió un día histórico
Perdidos en el resultado y en el juego y sin espíritu ante la adversidad, los millonarios cayeron por 2-0 como visitantes; primer triunfo del Malevo en el historial
El receso no tendrá la serenidad que imaginaron en River: el mercado de pases será jugarse un pleno para remontar en el segundo semestre, con la Copa Libertadores como objetivo de máxima, aunque entendiendo que si repite estas actuaciones la aventura internacional no le ofrecerá muchas oportunidades.
Los chispazos futbolísticos del primer tiempo se apagaron en el segundo y River quedó huérfano para romper a Riestra, siempre ordenado y compacto para reducir los espacios. Otra vez, un conjunto de líneas apretadas incomodando a la estrategia diseñada por Demichelis. Temperley por la Copa Argentina, y el Malevo en la Liga Profesional son ejemplos de cuánto sufren los millonarios, que desandan un juego colectivo sin sorpresas, demasiado lento moviendo la pelota de un lateral al otro, sin profundidad. Manejar el balón no siempre implica controlar el partido: Riestra lo poseyó muy poco, pero tenía un plan y la capacidad para ejecutarlo; River también trazó un modelo, pero apenas el liderazgo del Diablito Claudio Echeverri quedó a salvo en un desempeño general de escasísimas luces. Atrevido, el atacante siempre pidió la pelota y hasta con sus gestos marcaba a sus compañeros que tuvieran paciencia para hacerla circular y no caer en la trampa de lanzar pelotazos, que favorecía al rival.
El bloque de cinco volantes que dispuso Riestra incomodó, y la cancha de dimensiones reducidas y la superpoblación que ensayaron los locales en el mediocampo provocaron que River se nublara muy temprano, quedara vacío de ideas para romper los cerrojos que aparecían en el camino. Las respuestas desde el banco de los suplentes eran de pasividad, como esperando que se iluminara alguna de las piezas o que el adversario cometiera algún error grosero. Poco de eso sucedió y River no estuvo alerta para tomar la ventaja: Pablo Solari, de frente al arco, estrelló la pelota en el travesaño, después de que Esequiel Barco presionara y quitara el balón a Nicolás Sansotre. Ésa fue la acción que marcó el mejor pasaje del visitante en el partido: 20 minutos en los que Ignacio Arce detuvo un remate de Nacho Fernández y ahogó una doble chance que tuvo Solari.
Si el primer tiempo de River no entusiasmó, el segundo pauperizó la imagen. Riestra tomó nota de que el gigante estaba obnubilado, escaso en energía, y le hizo frente. Pulseó por la pelota unos metros más adelante y el ingreso de Nicolás Benegas por Walter Acuña energizó al Malevo. Nicolás Caro Torres, con un remate al travesaño, encendió las alarmas, pero en River nadie atendió al riesgo. Alan Barrionuevo, otro integrante de la línea de tres defensores, tuvo mejor puntería y, de cabeza, marcó la apertura del resultado y también la dirección del juego. El gol aturdió a los millonarios, que se movían en el campo por inercia y sin despertarse.
Apurados por la situación, los juveniles Franco Mastantuono y Agustín Ruberto fueron las primeras modificaciones con las que el entrenador intentó alterar el escenario. Y a punto estuvo el primero de ser la solución: Mastantuono remató de aire, pero le faltó justeza. Los que ambos intentaban generar en ofensiva –más tarde se sumó Ian Subiabre– se desvanecía ante la muralla que había levantado Riestra, y los desajustes defensivos hacían que el equipo caminara por una cornisa. Leandro González Pirez era el ejemplo de hasta qué punto River estaba desenfocado, perdido: amonestado en el primer capítulo, cometió dos infracciones que provocaron que fuera reemplazado para evitar la tarjeta roja. En ese momento, ya sin Nacho Fernández en la cancha, el zaguero era el capitán, pero no la guía que esperaba el resto.
River se hundía entre la impotencia y la ausencia de conexiones y Riestra captó que estaba ante una jornada que podía ser histórica. “No se la tenés que dar”, recriminó el ingresado defensor Nicolás Dematei a un alcanzapelotas cuando Mastantuono reclamó el balón para que el Malevo jugara rápido. De esa acción llegó una falta del uruguayo Sebastián Boselli contra Benegas, que el atacante –un llanero solitario que dominó y arrastró a toda la defensa de River– transformó en gol, vía penal. El Vikingo Dematei entre risas, pidió disculpas y le tendió la mano al chico que con un compañero festejó la jugada y el gol y sonrió ante el abrazo del jugador.
Riestra volvía a convertir; no lo hacía desde la primera fecha (ante San Lorenzo). Regresaba a la victoria –acumulaba cinco juegos sin sumar de a tres puntos– y sellaba un triunfo para la historia, el primero sobre los millonarios, que en febrero pasado se habían floreado con un 3-0 en el mismo escenario. Las trompetas y los bombos sonando en una tribuna y la música electrónica en el sector opuesto conformaron una extraña fusión en el contexto de un equipo que, de rarezas como los ejercicios a la madrugada en las pretemporadas y el debut de un chico de 14 años, encuentra situaciones para llamar la atención. Esta vez lo hizo en la cancha al desairar a River.
Compacto de Riestra 2 vs. River 0
El receso será el tiempo de éste para recuperar piezas y, en particular, para diseñar el plantel con el que afrontará el resto de la Liga Profesional y de la Copa Libertadores, que es la ambición mayor para el club. También, para que los dirigentes y el cuerpo técnico revisen el plan de vuelo. El encuentro con Riestra pudo ser el último para el arquero Ezequiel Centurión y para el lateral-volante Santiago Simón; además, la continuidad de Agustín Palavecino en Necaxa es prácticamente un hecho y la partida de David Martínez a Pumas, de México, es otra negociación avanzada.
Los hombres con los que Demichelis desea reforzar al conjunto son conocidos: Germán Pezzella es el elegido para liderar la zaga, que cuando se ausenta el chileno Paulo Díaz tiene múltiples formaciones, pero ninguna muestra jerarquía y regularidad. La fórmula Boselli-González Pirez mostró en el estadio Guillermo Laza las razones de esa búsqueda. Para pulsear por la valla con Franco Armani, Jeremías Ledesma es el apuntado, mientras el pergaminense espera por nuevas comunicaciones, porque existen ofrecimientos de clubes españoles. En ataque, el paraguayo Adam Bareiro tomó la delantera. Nombres que deberán mostrar una rápida adaptación para elevar la vara de un equipo que necesitará resultados y voces de mando para despertarse. Ante Riestra dejó en claro que lo que tiene no le alcanzará.