Por qué los tenistas gritan durante los partidos
Maria Sharapova y Victoria Azarenka son célebres por sus expresiones a viva voz, que pueden alcanzar hasta 101 decibeles
El mundo del tenis es conocido por su ambiente solemne y silencioso, donde los jugadores se concentran al máximo en cada golpe. Sin embargo, existe un fenómeno curioso en este deporte: algunos tenistas emiten gritos o sonidos fuertes al golpear la pelota. Estos gritos han generado controversia y curiosidad entre los aficionados, ya que rompen con la tradicional calma del tenis. Aun así, hay razones detrás de estos gritos y su función en el juego.
Uno de los ejemplos más mediáticos de este fenómeno es Maria Sharapova. Sus gritos han sido medidos a 101 decibeles, intensidad similar al despegue de un jet, y han generado controversias. Sharapova ha asegurado que estos gritos son un “hábito natural” y no algo enseñado. Otra tenista conocida por sus potentes gritos es Victoria Azarenka, quien ha señalado que los hombres también gritan, y usó a Rafael Nadal como ejemplo.
Además de aumentar la velocidad, los gritos también pueden desempeñar un papel como distracción para el rival. Al realizar estos sonidos, el jugador puede confundir al oponente y hacer que se desconcentre, que dificulta la anticipación del tipo de golpe que va a realizar. Dependiendo de la intensidad del grito, también puede intimidar al adversario y demostrar quién lleva el control del partido.
A pesar de la controversia, los gritos tienen un respaldo científico. Un estudio realizado por la Universidad de Nebraska en Omaha confirmó que exhalar con fuerza el aire activa los músculos abdominales, que proporciona una fuerza adicional que permite a los jugadores golpear más fuerte y hacer que la pelota vaya más rápido, hasta un 3,8% más de velocidad.
“Especulamos que el grito puede permitir una mayor utilización de energía de los componentes elásticos de los grandes músculos del tronco, lo que proporcionaría más energía para impactar la bola sin aumentar la demanda energética”, explicó Kris Berg, quien supervisó el estudio.
El entrenador Alan Jones, con 50 años de experiencia, también apoya esta práctica. “Exhalar hasta el punto de contacto es crucial”, afirmó Jones, quien recomendó a jugadores como Jo Durie hacer mucho ruido durante el impacto. “Si escuchas a los boxeadores cuando están dando sus golpes, ¿por qué aguantarías la respiración?”.
El fenómeno no es exclusivo de las mujeres. Andre Agassi, por ejemplo, sacó de quicio a Ivan Lendl en el Abierto de Estados Unidos de 1988 con sus demostraciones audibles. Caroline Wozniacki, exnúmero uno del mundo, ha afirmado que “algunos jugadores gritan como una forma de juego”, y Lendl comentó que los gritos de Agassi “afectaban su capacidad de anticipar la fuerza y dirección de los golpes”.
A pesar de que algunos jugadores y aficionados pueden considerarlos como una molestia o una ventaja injusta, no ha habido quejas generalizadas que hayan llevado a la implementación de una normativa al respecto.
El debate sobre los gritos en el tenis probablemente nunca se detendrá, pero los beneficios son claros. “Influye en cómo te sientes en momentos de crisis, puedes liberarlo, no se trata solo del remate, del golpe”, concluyó Jones. “Puede agregar un valor tan bueno a un competidor como para hacer que se sienta bien”. Por ahora, los espectadores y los propios jugadores deben adaptarse a esta peculiaridad del tenis y disfrutar del juego en todas sus formas.