Palmer, un polvorín en el banquillo
La estrella del Chelsea no disputó ni un minuto en el estreno de Inglaterra. Apenas tiene 22 años y está en su primer gran torneo, pero ya ha dado pruebas de tener un carácter especial.
La competencia por un puesto en la Selección inglesa, de mediocampo hacia delante especialmente, es feroz. Gareth Southgate apostó por Trent Alexander-Arnold junto a Declan Rice en la medular, y un tridente ofensivo, por detrás de Harry Kane, que conformaron Jude Bellingham, Bukayo Saka y Phil Foden. El extremo del Arsenal, uno de los jugadores más destacados de la decepcionante actuación inglesa, relegó a la estrella del Chelsea a banquillo. Con todo y con eso, el seleccionador ni siquiera le dio la alternativa en el descanso. Conor Gallagher, Jarrod Bowen y Kobbie Mainoo fueron los únicos cambios introducidos.
A pesar de haber generado 40 tantos (25 goles y 15 asistencias) este curso, Gareth Southgate le privó de estrenarse en un gran torneo de selecciones. Es la primera Eurocopa de Cole Palmer, que apenas tiene 22 años. Sin embargo, tanto en el Chelsea como en el Manchester City, la joven estrella inglesa ha dado ya muestras de tener un carácter especial.
Pep Guardiola quería hacer de Cole Palmer su nuevo Phil Foden. La intención era pulir y trabajar al enésimo diamante en bruto de la cantera citizen a fuego lento. El problema es que el ahora jugador del Chelsea e internacional absoluto con Inglaterra no pensaba lo mismo. A pesar de su corta edad, entonces 21 años, y su escasa experiencia en la élite, Cole Palmer no solo quería jugar con regularidad en el Manchester City, sino ser un futbolista importante. En el Etihad Stadium, o en cualquier otra parte, por eso no se pensó ni un minuto la posibilidad de abandonar Manchester para mudarse al oeste de Londres.
Cole Palmer no falló en su apuesta de fichar por el Chelsea a pesar de la irregular temporada protagonizada por el conjunto londinense, de ahí que los pundits coincidieran tras el estreno ante Serbia en que Gareth Southgate tendría que haber aprovechado el buen momento de forma e inspiración personal con el que llega Cole Palmer a Alemania.
“Si envías el mensaje de poner un medio defensivo o un defensa más para cubrir el resultado, como jugador lo sentirás. Mentalmente empiezas a retroceder, a dejarte caer más. Pero en cambio, si pones a un jugador ofensivo arriba, (Cole) Palmer digamos, y controlando el balón en el último tercio, creo que los jugadores se sienten mucho más cómodos”, declaró Cesc Fàbregas en los micrófonos de BBC One en relación a los cambios introducidos por el seleccionador inglés durante el encuentro. La respuesta de Cole Palmer en redes sociales a su suplencia y sus cero minutos disputados, acompañada con una foto sentado en el banquillo junto a Luke Shaw y Jarrod Bowen, fue corta pero significativa: “El tiempo de Dios es el mejor”. Lo que sí se desató fue una oleada de interacciones en X, con más de 60 mil menciones a Cole Palmer.
Además de Cesc Fàbregas, quien añadió que “la segunda parte fue un poco decepcionante, y creo que jugadores como Phil Foden tienen que dar un paso adelante”, el exfutbolista inglés Rio Ferdinand también valoró, para BBC One, la incomparecencia de Cole Palmer en el primer partido de los Three Lions en la fase de grupos: “El partido necesitaba un poco más de control. ¿Dónde están los jugadores que pueden hacerlo? Kobbie Mainoo tal vez sí, pero también alguien como Cole Palmer, que tiene un poco de arrogancia para decir: ‘Dadme ese balón’, de la misma manera que Dusan Tadic saltó al campo con Serbia y dijo: ‘Dadme el balón, yo seré vuestra válvula de escape’.
Cole Palmer fue titular en 40 de 45 partidos disputados con el Chelsea en la 2023-2024. En Inglaterra los galones hay que ganárselos, ya que el talentoso jugador de 22 años apenas ha disputado cuatro partidos hasta la fecha con la Selección absoluta –fue titular en los dos amistosos previos a la inicio de la Eurocopa ante Bosnia e Islandia–, pero la personalidad especial de la estrella blue es algo con lo que Gareth Southgate tendrá también que aprender a lidiar.
