Mourinho lo clavó
El portugués afirmó que esta Nazionale “no tiene‘ talento”. Sabatini: “En Italia, los instructores enseñan tácticas a niños de 9 años”.
Menos de una semana antes de comenzar la Eurocopa, el técnico portugués incendiaba Italia con unas declaraciones que han acabado convertidas en evangelio: “Italia campeona de Europa? No lo creo. No le encuentro suficiente talento para ganar, ganaron el último, pero no creo en una segunda vez”. Talento: quizá la palabra por la que menos puede reconocerse a una selección que, salvo Barella y Donnarumma, quizá también Bastoni, no tiene ya futbolistas que pudieran ser indiscutibles titulares en algún grande Europeo.
El croata Zvonimir Boban, de hecho, había coincidido con Mou. Pero lo suyo tiene menos mérito porque fue después de ver las primeras dos jornadas de los azzurri en el torneo: “Italia tiene pocos o ningún jugador de primer nivel en el mundo. Donnarumma es el mejor que poseen desde el punto de vista internacional y ante los españoles lo demostró”.
Le faltan muchas cosas a esta Italia pero, sobre todo, creatividad entre líneas para dar un último pase. Contra Croacia, para sorpresa de la mayoría, Luciano Spalletti alineó de inicio a Giacomo Raspadori, menudo (1,72) atacante del Nápoles con picardía para jugar entre líneas. Sin ser un tuercebotas, Raspadori no se acerca ni por asomo al talento de ese ramillete de trequartistas maravillosos que se han prodigado en la Nazionale durante la historia: Rivera, Antognoni, Baggio, Del Piero, Totti...
El veterano exfutbolista y director de fútbol Walter Sabatini, ahora en la Salernitana, resumía esta pérdida de ingenio durante una entrevista en La Gazzetta: “Los talentos disminuyen en Italia porque las escuelas de fútbol han cancelado el Street ball (balón de la calle), el lugar donde se aprende a parar el balón y regatear. Los instructores actúan como entrenadores e imponen tácticas a niños de 9 años”.
Spalletti se ha empeñado en jugar un buen fútbol con un puñado de futbolistas entre los que sólo Nicolo Barella destaca como líder y crack. El italo-brasileño Jorginho siempre fue más directo y/o dominó las labores de intendencia. Frattesi, compañero de equipo de Barella, no ejerce de indiscutible titular en el Inter; Pellegrini apuntaba mucho más de lo que ha conseguido en la Roma; y Chiesa siempre prefirió la banda (la derecha, si puede ser) al interior. Ninguno de ellos, si acaso Federico antes de romperse la rodilla, tuvo alguna vez la esperanza de alcanzar el primer nivel mundial.