La Policía encontró una nueva prueba que podría complicar al principal sospechoso de la desaparición de Madeleine McCann
Las autoridades dieron con una cuenta de mail vinculada al hombre, que se utilizaba para compartir material de abusos a menores y tuvo borrones masivos en enero de 2007
InfobaeLa Policía Criminal Federal de Alemania anunció este viernes que tenía en su poder una nueva prueba que se vincula con el principal sospechoso de la desaparición y presunto asesinato de Madeleine McCann, que podría complicar aún más su situación.
Madeleine desapareció durante unas vacaciones que disfrutaba junto a su familia en Praia da Luz, en Portugal, en 2007. Una noche, exactamente la del 3 de mayo, sus padres la dejaron durmiendo junto a sus hermanos gemelos de dos años en el departamento que habían alquilado mientras disfrutaban de una cena en un restaurante a unos 50 metros. Sin embargo, al regresar, cinco minutos antes de las diez de la noche, la niña había desaparecido.
En un primer momento, sus padres fueron acusados por su desaparición pero fueron absueltos luego de verificar su inocencia. En 2020, los investigadores verificaron que las grabaciones de las cámaras de seguridad del edificio mostraban a un hombre cargando un bulto que podría haber sido la niña -dormida o, inclusive, ya sin vida-. Además, pudieron comprobar que esa noche Brueckner se encontraba en la zona y recibió una llamada telefónica de unos treinta minutos, lo que alimentó esta teoría.
De todas formas, estas evidencias no fueron suficientes para presentar una acusación formal aunque el hombre enfrenta otros procesos en la Justicia: en 2019 fue condenado por violar a una mujer estadounidense en Portugal en 2005 y está siendo juzgado por un caso de violación y abuso sexual a menores.
Por todo ello, cumple una condena de siete años pero niega estar relacionado con la desaparición de la niña.
El año pasado parecía que el caso tomaría un giro inesperado luego de que una joven polaca asegurara ser Maddie. Julia Wendell, de 21 años, expresó dudas sobre su propia identidad y edad, que decía podía ser 21 años, similar a la edad que la niña tendría hoy en día. “Creo que puedo ser Madeleine. Necesito una prueba de ADN. Los investigadores de la policía del Reino Unido y Polonia intentan ignorarme. Contaré mi historia en publicaciones aquí. Ayúdame”, dijo entonces.
La prueba tomada confirmó que no era Maddie. Si bien no fue comparada con la información genética de los padres biológicos de McCann -porque estos se negaron a participar del examen- sí expuso que la mujer poseía ascendencia polaca y tenía raíces lituanas y rumanas.
No obstante, los padres de Madeleine mantienen la convicción de que su hija puede estar viva en algún lugar del mundo y se niegan persistentemente a considerarla como fallecida.