Fórmula 1: Max Verstappen, de festejo en el gran premio que descubrió múltiples carreras
El neerlandés ganó el Gran Premio de Canadá bajo una condición de pista cambiante, entre la lluvia y el sol; las distintas situaciones que diseñaron una carrera apasionante en el circuito Gilles Villeneuve
El festejo de MadMax, la carta que siempre reluce en Red Bull Racing, que en la semana anunció la continuidad de Sergio Checo Pérez, aunque el mexicano abandonó tras un despiste, contrastó con la debacle de Ferrari, que observó la caída de la bandera a cuadros con los dos autos guardados en el garaje. McLaren repitió el avance con sus dos jóvenes pilotos y Mercedes volvió a ser competitivo, marcando la pole y recuperando el nivel de sus mejores jornadas.
Tres punteros en 70 vueltas, una señal alentadora para la competitividad y la paridad que desea retomar la F.1, después de la arrolladora superioridad que reflejó Verstappen con el modelo RB19 en 2023. El neerlandés tuvo frialdad emocional para desandar los pasajes de la carrera que lo enseñaron en dificultades y ductilidad conductiva para revalidar que Red Bull Racing sigue marcando el pulso con sus autos, a pesar de que la brecha de rendimiento no es avasallante como en el pasado reciente.
También el destino le hizo un guiño cómplice en un pasaje complejo en el circuito Gilles Villaneuve, como si aceptara que debía regresarle el éxito que le quitó en el Gran Premio de Miami con el ingreso del Auto de Seguridad. En Estados Unidos, el Safety Car impulsó a Lando Norris (McLaren) a la victoria, en Montreal el joven británico resultó el perjudicado con su entrada y MadMax se favoreció.
“Una carrera alocada. Acertamos con las decisiones y como equipo lo hicimos muy bien. Mantuvimos la calma, las detenciones fueron en los momentos correctos, gestionamos la diferencia bastante bien en el último relanzamiento y el Auto de Seguridad salió en el momento ideal… Fue una carrera divertida, de esas que se necesitan de vez en cuando”, afirmó Verstappen, mientras en el muro el jefe Christian Horner palmeaba a la estratega británica Hanna Schimtz y saludaba con una sonrisa al resto de los miembros del equipo de Milton Keynes, que en Canadá no contó con la presencia del ingeniero Adrian Newey, que a fin de año se desvinculará de la escudería.
La victoria de Max Verstappen en el circuito Gilles Villeneuve
“El nivel de lluvia es peor de lo que esperábamos”, la advertencia del box a George Russell, que largó desde la pole –el piloto y Mercedes no lo hacían desde el Gran Premio de Brasil 2022- y se impuso en la pulseada inicial sobre Verstappen. Solamente los pilotos de Haas, Kevin Magnussen y Nico Hülkenberg, que partían desde las posiciones 14 y 18, respectivamente, partieron con neumáticos de lluvia extrema, y en siete giros avanzaron hasta colocarse cuarto el danés y octavo el alemán. El hechizo fue pasajero: se detuvo la lluvia, los autos marcaron una huella y lentamente esa ventaja se convirtió en un inconveniente. La primera de las varias carreras dentro de un mismo gran premio llegaba a su fin.
Con la mejora de la condición de la pista, Norris y Oscar Piastri, los talentos de McLaren, desataron el ataque. La habilitación del DRS empujó al británico a la cima con maniobras de superación sobre Verstappen y Russell –falló y cayó al tercer puesto, por detrás de MadMax-, y a tomar una ventaja en el cronómetro de siete segundos. Con neumáticos intermedios, los autos de Woking aplastaban… pero Logan Sargeant protagonizó un tercer incidente, provocó el primer ingreso del Auto de Seguridad e hizo desaparecer las diferencias. Una nueva carrera se ponía en marcha.
El Safety Car no favoreció a Norris, que debió girar una vuelta más para completar la detención en los pits y ese tiempo que perdió lo retrasó al tercer puesto al reincorporarse a la pista. La pulseada de tres –Verstappen, Russell y Norris- desentonaba con las dificultades de Ferrari: Charles Leclerc, ganador en Mónaco, no acertaba con las estrategias de neumáticos y, además, el motor no respondía; el trompo y accidente de Carlos Sainz Jr. completó el caótico paso de la Scuderia por Montreal.
Tampoco el plan de la segunda detención acompañó a Norris, que al retornar no pudo defenderse de Verstappen, que con los neumáticos con mejor temperatura se adueñó de la cabeza de la carrera y ya no la largaría hasta el final. Ni el segundo ingreso del Auto de Seguridad para quitar el auto de Alex Albon (Williams), que fue impactado por Sainz Jr., ni la incomodidad de la suspensión, que le impedía transitar con suficiencia los pianos, frenaron al tricampeón, que enseña destreza y aptitud para trazar la hoja de ruta rumbo a la cuarta corona.