F1 | GP DE AUSTRIA Verstappen y Norris pierden los papeles y se autoeliminan

Toque del campeón y Lando cuando lideraban, sanciones para ambos y Maracanazo de Mercedes en el circuito de Red Bull. Russell se encuentra el triunfo y Sainz (3º), el podio.

Jesús Balseiro
As
Era un paseo por la pradera para Verstappen, que llegó a su último ‘pit-stop’ con siete segundos de ventaja sobre Norris. Pero un cambio de ruedas defectuoso (6,5 segundos) de Red Bull propició lo que nadie esperaba, una pelea entre Max y Lando que terminaron los dos a puñetazo limpio, metafóricamente hablando, con doble de sanciones y sin opciones de triunfo. El inglés fue duro, se saltó los límites de la pista varias veces (recibió 5 segundos de castigo) y forzó al campeón en más de una ocasión más allá de la escapatoria de la curva 3. No podía adelantar por las buenas así que lo volvió a intentar por las malas.

Y tanto fue el cántaro a la fuente que en la vuelta 64 de 71, el neerlandés cambió la dirección en la frenada, le cerró por fuera y se tocaron. Fue un roce torpe, nada vistoso ni peligroso, pero suficiente para provocar un doble pinchazo. El Red Bull y el McLaren completaron sendas vueltas de la vergüenza camino del garaje, Verstappen para cambiar neumáticos y regresar quinto (con diez segundos de castigo que no alteraron el resultado) y Lando, para abandonar por los daños acumulados en su McLaren. En esa reyerta televisada, Russell heredó una victoria gratuita por delante de Piastri y Sainz. Podio imposible de prever después de que el campeón perdiera los papeles.

No parecía, ni de lejos, una de esas carreras que pasan a la historia. La superioridad de Verstappen era insultante desde la salida, sin que le metieran siquiera la rueda, y a lo largo del primer y segundo ‘stint’. Delante no sucedían muchas cosas. Hamilton pasó a Sainz en la salida, pero lo hizo por fuera de la pista y debió devolver la posición. Leclerc se tocó con Piastri en la primera curva y debió cambiar el alerón delantero, condenado a vagar fuera de los puntos toda la carrera. El australiano tiene talento, pero también es un imán para los incidentes de primera vuelta. Y mientras, su compañero es el único que planta cara a ‘Mad Max’.

George Russell (Mercedes), Oscar Piastri (McLaren) y Carlos Sainz (Ferrari), en Spielberg, Austria. F1 2024.
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George Russell (Mercedes), Oscar Piastri (McLaren) y Carlos Sainz (Ferrari), en Spielberg, Austria. F1 2024.Leonhard FoegerREUTERS

El domingo estaba nublado, bronco en Red Bull Ring. Alonso recibió una sanción de diez segundos (más gasolina al fuego) por un toque a Zhou, el asturiano terminó 18º aunque curiosamente con la vuelta rápida. Los dos Alpine rozaron el desastre conjunto en un par de ocasiones. Y Pérez y Piastri también tuvieron más que palabras. Pero Verstappen estaba tan solo que hubiera sido imposible imaginar que algo perturbase a los campeones en su casa.

Pero les quedaba una parada. Y el equipo que suele hacer ‘pit-stops’ de 1,9 segundos regaló a Max uno de casi siete segundos. Durante la vuelta de salida dijo que no tenía agarre y bloqueó violentamente en la curva 4. Todo se torció de golpe y Norris olía la sangre. Se acercó en cada vuelta, abrió el DRS, lo probaba en la tres pero salía con poca inercia. El holandés se defendía bien. Lando se lanzó dos veces como un kamikaze y eso debió soliviantar a Verstappen. De ahí a que la última vez en la que se encontraron, le cerrara tanto al exterior de la tres. Perdió los papeles, se pincharon las ruedas mutuamente y regalaron el triunfo a Mercedes, y el podio a Piastri y Sainz. Russell hizo lo que tenía que hacer, fue por el sitio en todo momento. Lo más interesante de la carrera lo debió seguir desde las pantallas de la pista. Pero había que estar ahí. Estuvo y logra su segundo triunfo en la F1 tras Brasil 2022, uno que demuestra que las flechas de plata están aquí para ganar. Y es que, más allá de Verstappen, fue tan duro el mazazo para la afición holandesa, gran mayoría en Spielberg, como el Maracanazo que se llevó Red Bull en el circuito que lleva su nombre.



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