EURO 2024 | REPÚBLICA CHECA / Coufal: de jugar “a cambio de cervezas” a estrella checa en la Eurocopa
El lateral del West Ham fue rechazado por el club de su ciudad y acabó jugando en un equipo de ‘cuarentones’.
Encasillada en el Grupo F y ante unas selecciones del nivel de Portugal o Turquía, la República Checa cuenta en sus filas con un jugador cuya historia parece sacada de una película del mismísimo Spielberg, de las que tienen trama propia y hasta giros inesperados. La historia de un futbolista apartado de la selección por indisciplina, pero que fue ‘indultado’ para poder disputar el campeonato europeo.
Un sueldo a base de cervezas y salchichas
De madre gimnasta olímpica, en su familia no hacer deporte no era una opción. Coufal se decantó, entonces, por empezar a dar patadas a un balón. Y lo hizo en el Baník Ostrava, el club de su ciudad natal. Su sueño era ser futbolista profesional, pero no llegó a debutar con el primer equipo de Baník. De hecho, el club de su infancia le dio la espalda en 2010 por “ser demasiado bajo” y se vio obligado a reconstruir sus sueños con el Bilovec, un equipo de aficionados.
“A los 16 jugaba en la división más baja de la República Checa. Jugábamos a cambio de salchichas y cervezas. El Banik destruyó mi sueño de ser futbolista profesional y me envió a jugar a este equipo con hombres de 40 años a los que sólo les gustaba tomarse una copa después del trabajo”, dijo el jugador en una entrevista en ‘Daily Mirror’ en 2022.
Ante una situación tan complicada, Coufal se puso a entrenar por su cuenta: “Empecé a trabajar muy duro en el gimnasio y a correr mucho después de clase. Quería demostrarles que sería capaz de jugar al fútbol profesional. No me dieron una oportunidad adecuada porque no era lo bastante alto para ellos, ni lo bastante fuerte. Pero sólo tenía 15 años, algunas personas crecen más despacio”.
Y en cierto modo, el futbolista tenía razón en estas declaraciones de hace dos años, pues el Baník Ostrava debería haber sabido que llegaría a lo más alto, dado el pedigrí deportivo de su familia. Su madre, Alena, representó a Checoslovaquia en gimnasia en los Juegos Olímpicos de 1988, mientras que su hermano, Petr, y su hermana, Jana, triunfaron como patinadores artísticos. “Mis padres me exigían mucho porque habían visto de primera mano lo que era triunfar en la élite”, explicaba a ‘Daily Mirror’.
El salto a la élite
En 2010 fue transferido al FC Hlučín, donde “sintió una liberación” y comenzó a llamar la atención por sus actuaciones. Tras un año en este equipo de la Segunda División checa, pasó por el Opava, donde estuvo otra campaña. De ahí, dio el salto al Slovan Liberec. Ya en la categoría de oro del fútbol checo tuvo, por fin, la oportunidad de desarrollar su juego y se convirtió en una pieza clave del equipo. Además, participó en la Europa League, donde ganó experiencia y, lo más importante, reconocimiento internacional.
Tras seis años, en el Liberec, uno de los más grandes de la República Checa llamó a su puerta: el Slavia Praga, en 2018. Allí continuó su acenso y contribuyó significativamente al éxito del equipo. De hecho, durante su etapa en el Slavia conquistó tres Ligas y dos Copas.
Fue en octubre de 2020 cuando irrumpió en la élite y se unió a las filas del West Ham para jugar en una Premier League en la que se reencontró con su compatriota y compañero de la selección checa, Tomáš Souček. No tardó en consolidarse como titular en el equipo, impresionando por su consistencia, solidez defensiva y capacidad para apoyar el ataque por el costado derecho.
De expulsado por salir de fiesta a ‘indultado’ para la Euro
Coufal debutó con la República Checa en 2017 y ha representado a su país en varias competiciones internacionales. Sin embargo, en noviembre de 2023, el futbolista protagonizó uno de los mayores escándalos de la historia de su selección. Jakub Brabec, Jan Kuchta y el propio Coufal fueron pillados en una discoteca sin la autorización del cuerpo técnico antes del partido de clasificación para la Eurocopa ante Moldavia.