EURO 2024 | ESLOVENIA 1 - SERBIA 1 Jovic rescata a Serbia
Un cabezazo del delantero en el último minuto evitó la debacle y despertó del sueño a Eslovenia, que se veía ya en octavos tras el gol de Karnicnik.
Kek había quedado satisfecho con su empate ante Dinamarca y decidió repetir alineación, pero no propuesta. Serbia, por su parte, introdujo varios cambios. Uno de ellos, Tadic. Sus plegarias —o más bien sus quejas, porque se autoproclamó “el mejor del equipo” y advirtió que “debería haber jugado los 90 minutos”— fueron escuchadas y Stojkovic le perdonó su salida de tono, dándole la titularidad. El esloveno Cerin descorchó el partido con un disparo desde fuera del área, que Rajkovic detuvo en dos tiempos. El guardameta serbio estaba llamado a ser clave. De hecho, acto seguido, fue su pierna la que repelió un trallazo de Mlakar. Los de Kek tuvieron mucho más la posesión que en su estreno en esta Euro y no dejaban de pisar el área rival. Sin prisa, pero sin pausa. Sin dar un paso en falso.
Serbia —con más urgencias a tenor de la clasificación— tampoco enloquecía: se cerraba atrás y arriba apenas aparecía con balones en largo. Eslovenia seguía erre que erre, tratando de buscar los huecos por los que colarse hasta el gol. No había manera. Y eso que Janza, por la izquierda, se antojaba la llave. El primer tiro de los serbios entre los tres palos llegó en el 27′, cuando Vlahovic remató de cabeza y se topó con un segurísimo Oblak. Sonó el despertador para los de Stojkovic. Mitrovic se quedó a punto de rematar un córner peligrosísimo. Aunque para peligro, el que generó Eslovenia con una doble ocasión. Elsnik aprovechó una pared con un rival para estrellar un balón en la madera y Sesko cazó el rechace para mandarlo ligeramente alto. En ese toma y daca, irrumpió Oblak, para desmantelar con una de sus piernas el remate de Mitrovic en el área pequeña.
El partido se había vuelto loco. Era un intercambio de golpes. De transiciones y llegadas hasta que el descanso obligó a parar. La segunda mitad comenzó con otro uyyyy. Tadic se la dejó a Mitrovic, aunque Oblak se hizo gigante y desbarató lo que olía al 0-1. El delantero del Al Hilal volvió a la carga con un cabezazo que se perdió demasiado alto. El dominio del esférico era de los serbios, pero una contra eslovena terminó con Rajkovic volando para desviar un trallazo de Sesko a la escuadra. Ninguno de los equipos se fiaba del otro y ambos seleccionadores abogaron por mover el banquillo, aunque volvía a ser el de siempre, Mitrovic, quien replicara su última jugada y la mandara a las nubes.
Todo estaba abierto y Eslovenia aprovechó para poner el 1-0. Karnicnik recuperó la pelota en su campo, dribló a un rival y abrió hacia la izquierda para Elsnik, quien se la puso al segundo palo para que lateral sólo tuviera que empujarla con la pierna derecha. Quedaba tiempo y las ganas seguían intactas. Zivkovic brujuleó a Mitrovic y éste armó un latigazo que sacó astillas al larguero, gracias a la intervención de Karnicnik, que desvió lo suficiente la trayectoria. El esloveno —fundamental en defensa y ataque— se había venido arriba y cruzó demasiado un tiro que pudo ser perfectamente la sentencia. A Serbia le ahogaba la necesidad y sus acercamientos pecaban de imprecisión. Los nervios le pasaban factura.
Oblak era un muro en pleno asedio rojo. El gol en contra les espoleó y Eslovenia tuvo que redoblar su labor atrás. La imagen de Stojkovic abatido en el banquillo era la mejor definición gráfica de Serbia... Que en el último minuto arañó el empate con un cabezazo de Jovic en un córner. Pasaron del infierno a la esperanza. Del llanto a la euforia. Del imposible al quizá. Es lo que tiene no rendirse hasta el final. Que a veces —y sólo a veces— los milagros aparecen. Jovic, mediante...