EURO 2024 | ESLOVENIA 1 - DINAMARCA 1 / Janza amarga a Eriksen

Un zurdazo del esloveno puso el empate en el 77′, después de haber resistido el dominio danés. Eriksen había abierto el marcador y firmado un recital.

Maite Martín
As
No hay nada escrito. Todos los pronósticos daban como favorita a Dinamarca, más si cabe viendo la primera parte, con un recital de Eriksen. Tres años después de volver a nacer —al salir de un paro cardíaco— en la Eurocopa, el del United lo hizo todo y bien, liderando lo que a todas luces parecía una victoria. Sin embargo, Eslovenia se ha doctorado en las sorpresas y en la ilusión. Resistió el dominio y las embestidas rivales para asomar en la recta final. Un zurdazo de Janza puso el empate y dejó en el aire el futuro de ambas selecciones.

Dinamarca cumplió el guion desde la primera página y llevó la voz cantante. Era un monólogo rojo. Cuando Wind se plantó dentro del área de Oblak, el asistente levantó la bandera para respiro de una Eslovenia que apenas asomaba en este frenesí inicial. Los de Hjulmand trataban de abrir fisuras en el rival derivando su juego a las bandas y el balón parado. El esloveno Sesko apareció de la nada para rozar el 1-0 y, acto seguido, cayó el 0-1. Nació de un saque de banda, que pilló a los de Kek descolocados. Wind se la sirvió de espuela a Eriksen, quien controló con el pecho, antes de armar un derechazo que cruzó para batir a Oblak.

Eslovenia se vio obligada a dar un paso al frente. No había alternativa. Aparecieron más Sporar y Sesko, pero resultaba insuficiente. El susto llegó en un mal despeje a un tiro de Eriksen, que Sesko estrelló en el cuerpo de Miakar y casi se cuela entre los tres palos. Esquivaron esa bala en el pie, pero los disparos enemigos se sucedían. Bijol cortó un centro-chut de Eriksen, más activo que nunca, sintiéndose el protagonista absoluto de esta película. El peligro danés llevaba su cara, mientras que las ocasiones eslovenas eran escasas e inocuas. Wind se la puso desde la izquierda a Eriksen, que mandó demasiado alto lo que parecía el 0-2.



El segundo acto empezó con las mismas directrices del primero. Más Dinamarca que Eslovenia. Más posesión de la Dinamita Roja. Más presión. Más peligro. Más sal ante un rival demasiado soso. Eslovenia no sólo vestía de blanco, también lo estaba. De hecho, Oblak apareció para salvar los muebles. Kristiansen brujuleó a Hojlund, pero Bijol despejó ese peligroso centro hacia la tripa del guardameta. Hubo parada y molestias durante un rato... A partir de ahí, merced a los cambios, se desató el asedio esloveno. Cerin y Sporar la mandaron fuera, aunque se barruntaba el empate.

Sesko estrelló un balón en el palo. Y para contrarrestar, la suerte se alió con Janza, que se sacó un zurdazo desde fuera del área y tocó ligeramente en Hjulmand desviando lo suficiente su trayectoria para poner el empate en el 77′. Fue ahí cuando se vinieron arriba. De repente, todo era posible. Schmeichel detuvo un trallazo de Sporer. Eslovenia derrochaba confianza ante una Dinamarca venida a menos. La ilusión todo lo puede y la resistencia de los de Kek en los peores momentos del partido les permitió llegar con vida a un final loco. El empate rompió los esquemas y las previsiones. También el espectáculo de Eriksen.



Entradas populares