EURO 2024 (1/8) | FRANCIA - BÉLGICA / Con ganas de Mbappé

La selección francesa busca los cuartos de final contra una Bélgica con tintes de revancha. Los galos se encomiendan, como siempre, al delantero, a quien todavía se le espera en su mejor versión en esta Eurocopa.

Andrés Onrubia
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Una última bala tiene Francia para no decepcionar a todos aquellos que auguraron que sería la gran favorita, con permiso de Inglaterra, para llevarse el título de la Eurocopa. Una bala finísima, corta, resolutiva, que deberá atravesar a la correosa y peligrosa Bélgica, uno de sus mayores rivales territoriales a lo largo de su historia, una selección que quiere vengar las dos últimas derrotas ante los galos, en el Mundial de 2018 y en la Nations League de 2021, y que, como su homólogo, ha decepcionado en la fase de grupos .

El partido entraña una serie de historias entremezcladas que hacen todavía más apetitoso el encuentro de esta tarde, a las 18:00 en Düsseldorf, por un puesto en los cuartos contra posiblemente Portugal. Una de ellas, los Hazard. En Bélgica todavía no olvidan que Francia quiso robarle a la joya de la corona del fútbol belga. Tampoco olvidan que la subcampeona del mundo truncó el sueño de la generación dorada, liderada por un Hazard en plenitud, de haber puesto el broche final con el Mundial de Rusia. Para más inri, los Diablos Rojos han caldeado el ambiente en las últimas horas, publicando un vídeo, después disculpándose, en el que invitaron a Onana a romperle la tibia a Mbappé.



Francia tiene que reaccionar, porque emulando las dos últimas prestaciones en la Eurocopa, ante Países Bajos y Polonia, su destino podría estar en manos de la suerte. Pese a que Bélgica no llega en su mejor momento, con una tensión interna desmesurada tras el empate contra Ucrania, con pitos de sus propios aficionados y con la plantilla dándoles la espalda, los de Tedesco tienen mimbres, como De Bruyne y Lukaku o el supersónico Doku, para poner en un aprieto a Les Bleus. Los de Deschamps, con más dudas que certezas, bajo una retahíla de críticas en los medios de comunicación, se encomiendan al de siempre, al jugador que puede atajar cualquier camino hacia la victoria, Kylian Mbappé.

El delantero, tan solo un gol en la Eurocopa en seis partidos entre las dos últimas ediciones, utilizará una nueva máscara, la cuarta en el torneo, después de no terminar de adaptarse a las últimas que ha usado. En todo el torneo, Francia apenas ha marcado dos goles, uno de penalti, firmado por el nuevo jugador del Real Madrid, y el otro en propia puerta. Números exiguos, casi incomprensible, para una de las máximas favoritas antes de arrancar el torneo en suelo alemán.

Deschamps baraja cambiar de sistema y el gran beneficiado sería Griezmann. El Príncipe, segundo capitán de Francia, pieza fundamental en la última década, fue suplente contra Polonia, suscitando un gran debate sobre su importancia en la selección actual. El técnico podría colocarle de vértice en un rombo en 4-4-2 en el que Tchouameni, Rabiot y Kanté formarían el centro del campo y Mbappé junto a Thuram completarían el ataque.

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