El OIEA expresó su preocupación por los ataques rusos a la infraestructura eléctrica ucraniana

El Director del organismo alertó de los riesgos nucleares que conllevan las ofensivas en estos sitios, que se han convertido en uno de los principales objetivos del Kremlin

Infobae

El director general del Organismo Internacional de Energía Atómica, Rafael Grossi, manifestó su temor por los ataques rusos a la infraestructura energética ucraniana, que se han intensificado en los últimos meses y que han reducido la capacidad eléctrica del país.


En un comunicado difundido este viernes, el líder del organismo explicó que “la red eléctrica de Ucrania se ha visto gravemente afectada por el conflicto, con grandes daños causados por ataques a la infraestructura”, lo que no solamente deja en una situación de vulnerabilidad a la población civil -que queda a oscuras, privada del servicio- sino que también representa una amenaza nuclear, ya que los apagones pueden alcanzar las redes de suministro de las plantas nucleares.

“Los riesgos persistentes relacionados con la disponibilidad de energía externa siguen siendo una fuente de profunda preocupación para la seguridad nuclear. Sigo sumamente preocupado por la situación energética externa de las centrales nucleares del país”, explicó al respecto y enfatizó que “es esencial que la infraestructura energética esté protegida y preservada en todo momento”.

Los ataques a la infraestructura energética representan una amenaza nuclear ya que los apagones pueden alcanzar las redes de suministro de las plantas nucleares (REUTERS)
Los ataques a la infraestructura energética representan una amenaza nuclear ya que los apagones pueden alcanzar las redes de suministro de las plantas nucleares (REUTERS)

Apenas días atrás, el OIEA había informado que la subestación de Luch, en la ciudad de Enerhodar, “fue destruida” por un ataque con drones, por lo que “se quedó sin energía eléctrica” esa misma noche. Este suceso tuvo un “impacto directo (...) en la seguridad nuclear tecnología y física” del país y fue “otro fuerte recordatorio de que es esencial tener una conexión confiable entre una central nuclear y la red externa para mantener la seguridad nuclear, tanto en plantas operativas como en las paradas”.

Asimismo, en el comunicado de este viernes Rossi se refirió en particular a la central de Zaporizhzhia, la más grande de Europa, y advirtió que su equipo desplegado en las inmediaciones también dio cuenta de actividad militar en las cercanías -incluídas dos explosiones esta semana- que, si bien no impactaron directamente en el sitio, también encienden las alarmas de los expertos por lo delicado del contexto allí.

“Estas explosiones tan cercanas son motivo de grave preocupación y agravan una situación ya de por sí frágil”, condenó.

Grossi advirtió en particular del caso de la central de Zaporizhzhia, en manos de las tropas rusas (REUTERS)
Grossi advirtió en particular del caso de la central de Zaporizhzhia, en manos de las tropas rusas (REUTERS)

Desde que cayó bajo el control de las tropas de Vladimir Putin, a comienzos de la guerra, la comunidad internacional -y más precisamente el OIEA- ha estado alertando por la situación allí, donde un simple error de cálculo puede desencadenar una catástrofe. Inclusive, en abril, el organismo había advertido que por los “ataques temerarios” de Moscú “nos estamos acercando peligrosamente a un accidente nuclear”. “Cada uno de los siete pilares de la seguridad nuclear del OIEA se ha visto comprometido”, denunció.

A raíz de ello, este miércoles el Director General informó que viajará a Zaporizhzhia durante el verano boreal, para abordar cuestiones “urgentes” en materia de seguridad, ya que las necesidades son “agudas”. Temas relacionados “con el personal, las inspecciones rutinarias, el mantenimiento de las estructuras de seguridad, sus sistemas y componentes, la confianza en las cadenas de suministro y los protocolos de emergencia... (todo ello) sigue siendo un desafío y plantea riesgos para la seguridad nuclear”, ejemplificó.

Así, concluyó que continuará con sus esfuerzos con ambos bandos enfrentados, en un intento por desescalar las tensiones -por lo menos en este campo- y preservar el las estructuras por el bienestar del pueblo. “No podemos quedarnos de brazos cruzados y esperar a que un último peso incline la balanza”, cerró.

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