Cristiano vuelve a las andadas
Ante Georgia se le vio ansioso, protestón y enfadado. Vio la amarilla por pedir con vehemencia un penalti. Fue cambiado y pateó el césped.
Todo parecía ir rodado con él y su equipo hasta que llegó el último partido de la fase de grupos, ante la modesta Georgia. Cristiano, que fue de los pocos titulares que se mantuvo en el once, no vivió un buen día. En la hora que le dejó el técnico sobre el campo tuvo tiempo para sacar relucir los malos humos que parecían ya olvidados con él.
Vio la amarilla por una airada protesta tras reclamar un penalti. Ni el árbitro señaló el agarrón ni desde el VAR le advirtieron de que fuera a ver la jugada. Esto último enfureció a Cristiano, quien, haciendo gestos claros de que le habían agarrado, reto al colegiado y acabó llevándose la amarilla.
No fue la última vez que discutieron, pues en cada jugada en la que el árbitro pitó en contra de los portugueses mostró su queja y su enfado. De hecho, con una amarilla y para evitar líos, Roberto Martínez decidió retirarlo viendo que había riesgo incluso de que pudiera ser expulsado y se perdiera el partido de octavos ante Eslovenia.
Durante el choque, Cristiano lo intentó todo pero no pudo marcar el gol que tanto ansía. Es la primera vez que se queda en blanco en una fase de grupos de un gran torneo desde que debutó en una en la Eurocopa de 2004.
Tiró desde lejos una falta que le paró Mamadashvili y sobre todo una ocasión en un córner que se fue fuera al rebotar la pelota en un defensa cuando se dirigía a portería. Poco más. El resto fue la imagen de un Cristiano que ante la derrota no se maneja bien y al que hacía tiempo que no se veía así en un gran torneo del fútbol europeo.
