Cambio de época: Boca modifica el perfil de sus referentes y les suelta la mano a los que no se adapten
Las indisciplinas de Benedetto y Rojo colmaron la paciencia de Diego Martínez, que ultima detalles para depurar el plantel
En Boca evitan magnificar una situación que consideran habitual en cualquier equipo de trabajo. Al mismo tiempo, gente que camina a diario en el predio de Ezeiza le niega a LA NACION que el plantel esté enfrentado con el DT.
En un doble papel como equilibrista y piloto de tormentas, Martínez toma decisiones. En la mayoría de los casos durante los partidos, con alguna indicación o modificación, y en otras, puertas adentro.
En las últimas horas trascendió que a algunos futbolistas no les había gustado que el entrenador modificara sobre la marcha el plan semanal y dejara sin efecto los dos días de descanso que tenía previsto luego de visitar al Calamar. Los jugadores debieron reencontrarse este martes por la tarde, en Ezeiza, y entrenarse. Esa fue la consecuencia del fastidio que le generó al cuerpo técnico lo que expuso el equipo ante Platense. Así como el entrenador destacó en varias ocasiones a los jugadores cuando estos lo representaron con el juego, esta vez fue todo lo contrario.
El domingo hubo actitudes llamativas. La más evidente fue la que tuvo como protagonista a Marcos Rojo. “La sensación era que salió a jugar con la intención de que lo expulsaran lo antes posible”, le comparten a este diario fuentes cercanas al club. Y la realidad no parece ajena a esa hipótesis: el experimentado zaguero fue amonestado cuando apenas se jugaban cuatro minutos por una fuerte infracción sobre Mateo Pellegrino, a los 12 minutos cometió un claro penal no sancionado por el árbitro y a los 35 minutos recibió la segunda amarilla y la expulsión después de darle un golpe innecesario a Fernando Juárez, cerca de la zona de los bancos de suplentes, por el lateral izquierdo de la defensa xeneize.
Es un secreto a voces que Martínez ya no quiere a futbolistas sin compromiso en su plantel. Atrás quedaron las palabras melosas. “No es momento de tomar decisiones o hablar después del partido. Lo charlaremos en la semana”, declaró el entrenador en la conferencia posterior al partido.
Lejos de una ruptura del plantel con Martínez, y mucho menos entre los propios futbolistas, hay algunos jugadores a los que no les gusta la disciplina que el conductor impone. A diferencia de otras épocas, no queda espacio para las licencias ni los consensos.
El DT jamás le cerró las puertas a nadie. El único caso diferente es el de Nicolás Valentini, cuya marginación del primer equipo fue una decisión dirigencial que excede al entrenador.
Todos tuvieron oportunidades. El único que hasta el momento no volvió a jugar tras su indisciplina fue Darío Benedetto. Sin embargo, la charla que ambos tuvieron fue saludable y el Pipa es consciente de su realidad. “Él sabe que cuando se manda alguna, pierde terreno en el equipo. Pero valora mucho la honestidad del técnico porque en ningún momento le vendió humo ni le garantizó que iba a ser el 9 titular”, le confiaron a este diario desde el entorno del futbolista.
Otros jugadores que manifestaron cierto disgusto ante algunas determinaciones del entrenador fueron Cristian Lema y Norberto Briasco. Ellos, junto con Rojo y Benedetto, fueron los que intentaron modificar el horario de entrenamiento posterior al festejo de cumpleaños de Benedetto.
Así, al menos, surgen tres preguntas: ¿la relación entre el plantel y el DT está rota? De ninguna manera. Martínez siente apoyo de sus dirigidos porque sabe que su forma de trabajar es clara y honesta, incluso en lo vinculado al respeto y la disciplina.