Xi Jinping llegó a París en medio de las tensiones económicas entre China y la Unión Europea

Su agenda oficial comenzará el lunes en el Palacio del Elíseo con una reunión con el presidente francés, Emmanuel Macron, en la que también abordarán la guerra en Ucrania. El presidente chino luego irá a Serbia y Hungría

El presidente chino aterrizó en el aeropuerto de Orly, al sur de París, donde fue recibido al pie de la escalerilla del avión oficial por el primer ministro francés, Gabriel Attal a las 16.08 locales (14.08 GMT) e intercambiaron algunas palabras.

Macron ha querido señalar, con la presencia de Von der Leyen, su voluntad de abordar los contenciosos económicos y comerciales con China, y significar claramente que esa es una discusión que se lleva a cabo no con Francia de forma aislada, sino con toda la UE.

Contenciosos que han dado lugar en los últimos meses a diferentes procedimientos por parte de la UE, que reprocha a Beijing de abusar de las subvenciones masivas que da a sectores como el de la industria de placas fotovoltaicas, de las baterías o más en general de los coches para luego inundar mercados como el europeo.

Por la tarde, Macron organiza un acto protocolario de acogida al jefe del Estado chino en el lugar habitual, los Inválidos de París, antes de una nueva secuencia en el Elíseo que incluirá un cara a cara entre los dos mandatarios, antes de una declaración a la prensa de ambos, sin preguntas.

Ésa es la secuencia más apropiada para entrar de lleno en los asuntos de política internacional, entre los que obviamente estarán la invasión rusa de Ucrania y la guerra en Oriente Medio.

El presidente chino aterrizó en el aeropuerto de Orly, al sur de París, donde fue recibido al pie de la escalerilla del avión oficial por el primer ministro francés, Gabriel Attal a las 16.08 locales (14.08 GMT) e intercambiaron algunas palabras (STEPHANE DE SAKUTIN/Pool via REUTERS)
El presidente chino aterrizó en el aeropuerto de Orly, al sur de París, donde fue recibido al pie de la escalerilla del avión oficial por el primer ministro francés, Gabriel Attal a las 16.08 locales (14.08 GMT) e intercambiaron algunas palabras (STEPHANE DE SAKUTIN/Pool via REUTERS)

Sobre la primera, el presidente francés, consciente de que China se ha reforzado como el principal socio económico de Moscú con las sanciones occidentales, pretende convencer a Xi de que utilice los mecanismos de que dispone para convencer al presidente ruso, Vladimir Putin, de que tiene que cambiar los cálculos y buscar una resolución al conflicto.

El presidente francés ha prometido que hablará con su homólogo chino de los derechos humanos, después de que diversas ONG, como Amnistía Internacional o Reporteros sin Fronteras (RSF) le hayan recordado las violaciones masivas de las que responsabilizan al régimen.

Se esperan diferentes protestas, en las que no cabe descartar como es habitual en estos casos el factor sorpresa. El sábado organizó una Amnistía Internacional en París y esta tarde hubo una concentración en favor del reconocimiento de la singularidad del Tíbet en la plaza de la República, en la que participaron varios cientos de personas.

La jornada del lunes incluirá también unos encuentros económicos franco-chinos a los que asistirán los dos jefes de Estado y concluirá con una cena en honor al presidente chino de nuevo en el Elíseo.

El martes, Macron ha optado por poner un marco más distendido que el que ofrece París para continuar el diálogo con Xi en los Pirineos, en una región donde vivía su abuela materna y con la que mantiene una vinculación emocional fuerte. Ese desplazamiento incluirá una subida al mítico puerto del Tourmalet.

La anterior visita de Estado de Xi a Francia la hizo en 2019 (hubo una precedente en 2014), es decir, antes de la pandemia que ha cambiado muchas cosas. Macron, por su parte, estuvo en China en visita de Estado en abril de 2023, y entonces pasó por Beijing y por Cantón.

En respuesta a las tensiones económicas y comerciales entre China y la UE, que en los últimos meses ha anunciado dispositivos de defensa frente a unas prácticas que considera desleales, sobre todo por la subvención masiva de algunos sectores que inundan el mercado europeo, Xi adoptó una postura conciliadora en un artículo publicado en el diario francés Le Figaro.

“Damos la bienvenida a las empresas francesas y de otros países, y para eso hemos abierto completamente el mercado para la industria manufacturera y aceleramos la flexibilización del acceso al mercado en favor de servicios como las telecomunicaciones y la sanidad”, aseguró.

El presidente chino explicó que una lección que su país ha sacado del desarrollo que ha vivido desde la creación del régimen comunista (“la nueva China”, en sus palabras) hace ahora 75 años, que lo ha convertido en la segunda economía mundial y que ha sacado de la pobreza a cientos de millones de personas del mundo rural es su voluntad de continuar “la inquebrantable apertura al exterior”.

Los mandatarios se encontrarán el lunes (REUTERS/Gonzalo Fuentes)
Los mandatarios se encontrarán el lunes (REUTERS/Gonzalo Fuentes)

Y si por una parte señaló que el mercado chino permite la entrada de empresas extranjeras -algo que precisamente cuestiona la UE- por la otra insistió en que “la apertura al exterior de China consiste también en incitar a las empresas chinas a desarrollarse a nivel internacional”.

A ese respecto, indicó que en un momento en que Francia quiere reindustrializarse en los sectores de la transición ecológica y de la innovación, China también acelera en esos sectores lo que “permite a las dos partes profundizar su cooperación en la innovación para promover el desarrollo verde”.

Puso como ejemplo las empresas chinas que ya han implantado fábricas de baterías en Francia y hace hincapié en que “el Gobierno chino apoya a más empresas chinas para que inviertan en Francia y espera que Francia les ofrecerá un clima de negocios justo y equitativo”.

Por su parte, Xi Jinping afirmó que quiere trabajar con París “y toda la comunidad internacional” para encontrar “buenas vías de resolución” de la guerra de Ucrania.

“Esperamos que la paz y la estabilidad vuelvan rápidamente a Europa, y tenemos la intención de trabajar con Francia y toda la comunidad internacional para encontrar buenas vías de resolución de la crisis”, escribió el dirigente chino en el diario Le Figaro. “Comprendemos la agitación que la crisis ucraniana está causando a los europeos. China no ha causado esta crisis, ni es parte ni participante en ella”, añadió.

El presidente chino permanecerá en Francia hasta el martes y viajará después a Serbia y Hungría, dos países cercanos a Moscú.

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