La
grada de animación coreó su nombre en el minuto 82 pero, como en el
partido ante la Real Sociedad, otro sector de la grada respondió con
pitos.
As
Hasta
el minuto 82 del Barça-Rayo Vallecano, la figura de Xavi había pasado
desapercibida del partido de manera del todo sorprendente, pese a que
todas las cámaras le enfocaban a él. En la previa, el técnico se había
mostrado tranquilo. “Duermo bien”, dijo a las cámaras de DAZN minutos antes de que empezase el partido. Pero
no se vieron pancartas para el técnico, ni a favor ni en contra; y lo
que sonaba a plebiscito, con la destitución del técnico revoloteando por
Can Barça, no lo fue tanto porque nadie se acordó de él durante 80
minutos. Sólo al final, la grada de animación se arrancó a gritar a
favor del técnico de Terrassa, pero el apoyo no fue unánime. Desde otros
sectores del campo, los gritos a favor del técnico fueron respondidos
con pitos. No hubo, por tanto, un respaldo masivo al entrenador. Una
buena foto de la división que genera el técnico, que cuenta con una
legión de fieles que consideran que debe seguir; y críticos duros que
piensan que Laporta debe prescindir de él.
Hablando
del presidente, sin embargo, el leit-motiv del partido en el Lluís
Companys tuvo que ver con el debate que la grada de animación intentó
arrancar sin éxito contra el presidente en varias ocasiones. Salvo en el
minuto 40, donde sonó con algo más de fuerza, una parte mayoritaria de la grada contestó con silbidos a los cánticos de “Barça, sí; Laporta, no”.
Los intentos no desaparecieron en la segunda parte, pero nunca tuvieron
respaldo, de manera que la gente se centró en aplaudir a los más
jóvenes, que son los que le han dado las únicas alegrías de la
temporada. Cánticos en favor de Lamine, Cubarsí; y, especialmente,
Fermín, uno de los favoritos de la grada