Las
negociaciones sobre el futuro del defensa uruguayo están afectando a su
rendimiento. En 2022 firmó un contrato con una cláusula de rescisión de
1.000 millones de euros.
Santi Giménez
As
Ronald Araújo se encuentra en una situación clave para decidir su futuro.
El uruguayo de 25 años es uno de los capitanes del Barcelona, tiene
contrato con la entidad blaugrana hasta el 30 de junio de 2026 y hasta
ahora ha rechazado las opciones de renovación al tiempo que recibe
suculentas ofertas de otros clubes, tanto de la Premier como de la Bundesliga, donde el Bayern ya realizó un intento este invierno de incorporarlo.
Araújo renovó su contrato con el Barça hace relativamente poco. En 2022 firmó un contrato por el cual se le colocaba una cláusula de rescisión de 1.000 millones de euros. A
pesar de este precio, más simbólico que otra cosa, las ofertas no
tardaron en llegar y el Bayern de Múnich y el Manchester United
apostaron fuerte por él con ofertas que mejoraban mucho su sueldo en el
club catalán. Estos acercamientos provocaron que los agentes de
Araújo llamaran al club para sentarse a negociar una mejora de contrato
que ha descentrado un tanto al central uruguayo, que en los últimos
partidos ha protagonizado jugadas fatales para el conjunto blaugrana. Ante el Paris Saint Germain fue expulsado con roja directa por una acción ante Barcola que provocó las quejas de Gündogan y el lunes ante el Valencia tampoco tuvo su mejor día.
El
Barcelona se encuentra en una situación delicada económicamente, que ha
provocado que desde hace tiempo se anuncie desde la dirección del club
que si no llegan las famosas palancas antes del 30 de junio se tendrían
que realizar “ventas dolorosas”. Y Araújo, jugador muy valorado por el entrenador (de ahí el calificativo de “dolorosas”) podría ser uno de los señalados.
El
Barcelona necesita ingresar 100 millones que se comprometieron en el
presupuesto por la venta de distintos activos que no han llegado y el central es uno de los pocos jugadores de la plantilla que puede acercarse a esta cantidad en el mercado.
Vive en una duda y en una espiral de rumores que perfectamente podría
estar condicionando su rendimiento. Necesita estabilidad.