Siglo XXI y las transiciones en América Latina
Está pasando desapercibido un poderoso proceso de cambio que tendrá como inexorable destino la constitución por vez primera en la historia de repúblicas libres y soberanas
Las fuerzas del cambio tecnológico y climático y de la globalización han cooperado de manera callada y persistente como las gotas que forman las estalactitas para crear una base ciudadana suficientemente informada y fuerte como para echar a andar las fuerzas del cambio institucional.
El bloque parlamentario mayor dejó de ser el PRD. Ahora es el de diputados independientes elegidos por diversas organizaciones de la sociedad civil. Le sigue Realizando Metas (partido de Mulino) con 13 diputados, y entre ambos llegan a 34 diputados sobre un total de 72 integrantes de la Asamblea. Por lo tanto, cualquier medida tendrá que pasar por el tamiz de los representantes de la sociedad civil para alcanzar el consenso. Y aun cuando habrá episodios de pérdida de gobernanza, Panamá hoy se integra a las naciones que construyen un marco institucional distinto al prevaleciente en los últimos cuatro siglos.
Estas elecciones se celebran bajo el signo del terror ya que el crimen organizado hace de las suyas en muchos municipios, secuestrando y “desapareciendo” candidatos que no se doblegan a sus designios. Sin embargo, también en México, posiblemente, el electorado que tiene entre 18 y 30 años se constituya en una fuerza de cambio. En un reciente simulacro electoral protagonizado por las 400 principales universidades del país para combatir la apatía hacia el voto, la respuesta fue masiva y, curiosamente, también los resultados del simulacro electoral. Claudia Sheinbaum resultó ganadora y en segundo lugar quedó Jorge Álvarez Maynes, de 38 años y representando al Movimiento ciudadano. Si esta marea de votos juveniles se llegara a consolidar, habrá un nuevo bipartidismo mexicano representado por Morena y Movimiento Ciudadano: el primero sin López Obrador al timón y el segundo con su fresco y libertario hálito seguramente llevarán a la nave México a un puerto del siglo XXI.
Pero quizás sea Venezuela la que más campos libertarios va a trillar en la región. A lo largo de casi tres lustros ha sufrido una de las tiranías más funestas de la historia. Tan funesta que cambió el curso de su desarrollo para destruir la mejor infraestructura vial y comercial de la región y convertir al país en una suerte de Somalia sudamericana. La sociedad civil venezolana, sin embargo, no aceptó este destino. Desde muy temprano en la gestión del chavismo salió a las calles a expresar su disgusto; marchó y recogió firmas para recurrir a métodos constitucionales para salir del cerco dictatorial. Cuando el yugo se hizo insoportable sus hijos salieron a ofrendar sus vidas en el altar de la libertad. Hoy, luego de muchos sinsabores protagonizados por liderazgos opositores que no estuvieron a la altura del llamado de la historia, sigue a una lideresa nacida de sus entrañas. María Corina Machado ha estado sufriendo con ella los embates del régimen y con ella ha salido a promover de nuevo la salida electoral. Con astucia y tino ha elegido un compañero de fórmula ideal a cuyo cargo recaerá la transición. Y esta justa se ha llevado a cabo dentro del orden democrático y siguiendo la ruta electoral. Algo inédito en América Latina. Como inéditas serán las instituciones que la sociedad civil construya en Venezuela.