Pese a las nuevas lluvias, los socorristas no cesan las tareas de ayuda en el sur de Brasil

Unas 125 personas permanecen desaparecidas y más de 410.000 debieron abandonar sus hogares por la catástrofe

Unas 125 personas permanecen desaparecidas y más de 410.000 debieron abandonar sus hogares por la catástrofe, que expertos de la ONU y el gobierno brasileño vinculan al cambio climático y al fenómeno de El Niño.

Un hombre ayuda a limpiar una casa parcialmente destruida tras las inundaciones en Mucum, estado de Rio Grande do Sul, el 11 de mayo de 2024 (REUTERS/Adriano Machado)
Un hombre ayuda a limpiar una casa parcialmente destruida tras las inundaciones en Mucum, estado de Rio Grande do Sul, el 11 de mayo de 2024 (REUTERS/Adriano Machado)

Según la Confederación Brasileña de Municipios, la violencia de las aguas dañó o destruyó más de 92.000 viviendas.

Las autoridades están en alerta y multiplican los mensajes a la población de no regresar a los lugares en riesgo luego de que las lluvias volvieron con fuerza desde el viernes a la capital Porto Alegre y a otras áreas ya afectadas del estado.

Los aguaceros torrenciales redujeron considerablemente el flujo de embarcaciones hacia las zonas afectadas, donde muchos pobladores permanecen en sus casas por miedo a saqueos, observó la AFP.

El remero preolímpico brasileño Piedro Tuchtenhagen camina por las calles de Porto Alegre después de cargar un bote utilizado para rescatar a las víctimas de las inundaciones el 10 de mayo de 2024 (REUTERS/Adriano Machado)
El remero preolímpico brasileño Piedro Tuchtenhagen camina por las calles de Porto Alegre después de cargar un bote utilizado para rescatar a las víctimas de las inundaciones el 10 de mayo de 2024 (REUTERS/Adriano Machado)

No obstante, los civiles que encabezan esas tareas continúan afluyendo hacia los puntos de embarque, donde cargan donaciones de agua, comida y medicamentos para distribuir desde el agua a las casas aún habitadas.

En las anegadas calles del barrio de Sao Joao, bomberos y voluntarios equipados con jetskis y botes inflables seguían trabajando bajo la copiosa lluvia.

Mientras, por toda la ciudad una escena se repetía: camiones de succión drenaban el agua enlodada que invadió los edificios.

Voluntarios transportan perros que han sido evacuados de una zona inundada en Porto Alegre el 10 de mayo de 2024 (REUTERS/Diego Vara)
Voluntarios transportan perros que han sido evacuados de una zona inundada en Porto Alegre el 10 de mayo de 2024 (REUTERS/Diego Vara)

A pesar de las nuevas lluvias, los habitantes intentan recuperar cierta normalidad. En las zonas céntricas de Porto Alegre, cada día que pasa abren más comercios y restaurantes.

Pero el suministro de agua limpia seguía interrumpido, así que camiones cisterna cruzaban la ciudad permanentemente aprovisionando albergues, hoteles y otros edificios.

Ríos disminuyendo

La situación climática debe mantenerse crítica en la región, con “aguaceros y tormentas aisladas” que se extenderán hasta inicio de la semana próxima, según el Instituto Nacional de Meteorología, que alertó de riesgos de “inundaciones y descargas eléctricas”.

“Toda esa humedad será muy persistente”, dijo la meteoróloga Cátia Valente, que advirtió sobre el riesgo de nuevos deslizamientos de tierra en el litoral norte y la sierra “gaúcha”.

Personas evacuadas de zonas inundadas descansan en un refugio de una universidad en Canoas, estado de Rio Grande do Sul, el 9 de mayo de 2024 (REUTERS/Diego Vara)
Personas evacuadas de zonas inundadas descansan en un refugio de una universidad en Canoas, estado de Rio Grande do Sul, el 9 de mayo de 2024 (REUTERS/Diego Vara)

Según las previsiones, las lluvias más fuertes deberán ocurrir entre domingo y lunes.

Varios ríos, como el Uruguay, el Guaíba y el Jacuí, además de la Laguna de los Patos, seguían desbordados pero sus caudales están disminuyendo, informó el gobierno del estado.

El Guaíba, una extensión de agua que baña Porto Alegre, alcanzó 4,58 metros en la mañana de este sábado, por primera vez desde el 3 de mayo.

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