Otro Laporta, otro Barça
En su primer mandato, el presidente construyó un campeón de Champions en sólo tres años. Ocho de sus 16 fichajes en ese tiempo fueron campeones en París. En este mandato, ha fichado 24, diez ya están fuera y no ha pasado de cuartos.
Por enlazar los dos proyectos, Laporta firmó a Ronaldinho como jugador franquicia en su primer mandato. El brasileño tenía 23 años. Para su segunda etapa en la presidencia, y después de no poder retener a Messi en el verano de 2021, fichó a Lewandowski como estrella a punto de cumplir 34 años. Tan sorprendente como alguno de los nombres que ha incorporado a su proyecto en estas tres temporadas. De los 24 fichajes que ha hecho, diez ya están fuera del club. Una inversión de 270 millones de euros con muy pocos fichajes que hayan cuajado y con una diferencia básica: el rendimiento deportivo. Al tercer año de su primer mandato, el Barça ya era el rey del mundo. Al final del tercer curso de su segunda etapa, no sabe dónde va. En la temporada 2021-22, el Barça fichó a Ferran por 55 millones de euros. El valenciano no es titular. Las palancas del verano de 2022 trajeron a Raphinha, Koundé, Christensen, Kessié o el mismo Lewandowski. Incorporaciones que permitieron ganar la Liga, pero no empezar una nueva era como pretendía y publicitaba el club. Esta temporada, sin palancas, la inversión ha decrecido, pero el gasto, Vitor Roque, ha sido desorbitado en relación, al menos hasta el momento, con su rendimiento.
Además de la diferencia de resultados, tal vez el fondo esté en la idea. Hace 20 años, el ideólogo deportivo del Barça era Txiki Begiristain, secretario técnico del club azulgrana hasta 2010, siete años en los que fue capaz de levantar dos grandes proyectos con Laporta, uno con Rijkaard (clave también la figura de Sandro Rosell en el fichaje de Ronaldinho) y otro con Guardiola en el banquillo. A cambio, Laporta ha dado palos de ciego en este mandato con Mateu Alemany en la dirección de fútbol (Ramon Planes decidió dejar el cargo después de unos meses puente); y, desde el pasado verano, con Deco, que este verano tendrá su gran desafío. Miembro de aquel brillante equipo campeón que construyó Txiki en tiempo récord, es el espejo que se pone el brasileño. Pese a que desde dentro se aseguró que había aterrizado en el club con galones, su mano de momento no se ha notado. Esta temporada va a pasar su gran examen. Veremos hasta qué punto es capaz de agitar y mover al equipo para convertirlo en competitivo como ocurrió en aquellos veranos de 2003 y 2004. Era otro Barça. Y era otro Laporta.