NBA | PACERS 116 - KNICKS 103 (3-3) / El “loco” Madison será el juez
Los Pacers siguen invictos como locales en estos playoffs y fuerzan el séptimo mañana en Nueva York. Los Knicks, con el enésimo problema físico: el abdomen de Josh Hart.
El sexto partido continuó el guion de una serie que ha tornado de la igualdad de los tres primeros encuentros (todos decididos por debajo de los dobles dígitos) a las diferencias brutales de los tres últimos (+32, +30 y +13 hoy que llegó a ser +23 a mitad del último cuarto). Pacers y Knicks salieron con la lección aprendida. Los locales respecto al anterior partido en Nueva York, en el que fueron literalmente barridos por su rival. Los visitantes, del cuarto, en el que les pasó lo mismo. El encuentro se mantuvo en una tremenda igualdad competitiva y de marcador hasta mediado el segundo cuarto, cuando un parcial de 13-2 le dio la máxima a los Pacers. Un par de jugadas finales, triple de DiVincenzo y técnica a favor, ponía a los Knicks a 10 (61-51) al descanso, pero el encuentro ya empezaba a coger color amarillo.
Jalen Brunson, después de una horrible primera parte en la que falló los últimos 11 tiros seguidos antes de la mitad, despertó al volver de vestuarios con 14 puntos en el tercer cuarto (acabaría con 31), poniendo a los suyos a 5 nada más empezar, pero dos triples seguidos de Haliburton y Andrew Nembhard volvieron a estirar la diferencia. Entre los dos exteriores sumaron 30 puntos, 12 rebotes y 15 asistencias y, lo más importante, se jugó a lo que ellos quisieron. La velocidad característica de los ataques de Indiana se impuso a la pausa del habitual juego de los Knicks. A eso se unió el dominio local del rebote (44-37), incluso del ofensivo (14-13), un aspecto que está resultando decisivo en esta serie y en cualquiera en la que estén implicados los Knicks. Porque el equipo de la Gran Manzana carga el rebote como pocos y es una de sus grandes armas para hacer daño a sus rivales. Cuando pierden en esa faceta lo tienen mucho más difícil. Cuando, además, el rival juega al ritmo que quiere, un ritmo tan distinto al suyo, lo cosa se pone casi imposible.
El último intento de supervivencia visitante llegó al final del tercer cuarto, reduciendo la diferencia a 13 tantos (88-75). Pero entonces llegó una nueva lesión para los Knicks, a los que definitivamente les ha tenido que mirar un tuerto o les han han echado una maldición. Josh Hart se marchaba al vestuario con evidentes signos de dolor en su zona abdominal. El físico del escolta-alero, una auténtica dinamo capaz de jugara sin parar todo lo que le echen (y ya sabemos que Tom Thibodeau echa más que nadie) ha podido decir basta. Habrá que estar atentos a las noticias que lleguen desde Nueva York, pero con el séptimo partido encima cualquier pequeña lesión puede ser fatal. Hart se uniría a las bajas seguras de Julius Randle, Mitchell Robinson y Bojan Bogdanovic. Y veremos si también a la de OG Anunoby, que no juega desde el segundo partido de semifinales y que es el único de los que no estuvo hoy en pista que tiene alguna opción de jugar mañana.
Este domingo es tiempo de Madison Square Garden, ese “loco” lugar lleno de de aficionados “enfurecidos” que quieren ver a su equipo llegar a una final de conferencia por primera vez desde el año 2000. ¿Conseguirán los Pacers romper la tendencia de la serie, en la que ningún equipo ha ganado fuera de casa?