NBA | MAVS 105 - THUNDER 101 (2-1) / Sangre, sudor y Dallas
Los Mavs toman ventaja en la eliminatoria en un partido durísimo. Doncic, muy tocado, se jugó el físico en dos defensas claves al final. Los Thunder se quedan casi sin margen de error.
El partido no fue precisamente bonito en lo que se refiere a baloncesto preciosista. Se vio todo lo contrario, una bajada a las trincheras en toda regla en la que no ganaban siempre los más fuertes, sino los que más resistían. Claro ejemplo fue Luka Doncic, renqueante desde el salto inicial, descansando más minutos que nunca en la primera parte, fallando todo lo que se podía fallar (7/17 en tiros, 1/4 en triples). Pero jugándose el tipo hasta el final. Primero con un robo clave y una canasta, todo seguido, que cambió el marcador de un posible +1 a un +5 para Dallas. Después, y ya en los últimos 2 minutos, con dos jugadas defensivas en las que se dejó la espalda y los dientes. La primera, una lucha por un balón dividido con Lu Dort, que le dio la noche con su marcaje muy al límite del reglamento, en el que acabó dando de forma muy fea con el costado en el suelo. Pero que valió un salto entre dos que se acabó quedando él. Y la segunda, en una penetración de Shai-Gilgeous Alexander en la que saltó verticalmente y recibió el codazo en la boca de la estrella canadiense. Resultado: falta en ataque y balón para Dallas.
Doncic cerró con 22 puntos (y 15 rebotes), los mismos que Kyrie Irving. Aunque el máximo anotador de los locales fue PJ Washington (27), un balón de oxígeno para el ataque texano que puede marcar la diferencia para ellos de aquí en adelante. Si los rivales tienen que encargarse de él además de Doncic e Irving, el trabajo se complica sobremanera. Enfrente, Shai se fue a 31, pero sin llegar a hacer jugar de verdad a sus compañeros. Por detrás, buenos minutos de Jalen Williams (16), momentos de acierto desde el triple de Isaiah Joe (13) y un Chet Holmgren que se puso a aportar en ataque solo durante un tramo del último cuarto. El rebote (60-48, 15-6 en ofensivos) fue una losa para los visitantes, que basan mucho de su juego en correr, pero que con esa estadística bajo los aros no pudieron casi hacerlo.
Guerra de guerrillas
La batalla estaba clara. Por un lado, los Thunder trataban de colapsar el ataque de Dallas en su zona, cerrándose todos para evitar las penetraciones de Doncic e Irving y dejarle la responsabilidad al acierto exterior de los secundarios. Hasta el descanso no les salió mal (5/19 en triples de los Mavs). Holmgren se ponía las botas bajo su aro con 4 tapones. Los locales trataban de ralentizar el juego y minimizar los errores. Saben que los Thunder son el equipo de la Liga que más puntos mete tras pérdida del rival, uno que le gusta jugar cuanto más rápido mejor. Pero en la defensa en estático se lo ponen mucho más difícil. Shai anotaba (17 al descanso), pero producía poco para sus compañeros. Jalen Williams tardó bastante en entrar en juego e incluso se quedó sin tirar en el primer cuarto. Al descanso, igualdad máxima (51-52).
Al volver de vestuarios los Mavs se olvidaron de cuidar el balón y los Thunder cogieron una ventaja de 10 puntos (55-65). Jason Kidd decidió darle la oportunidad a Josh Green, un jugador muy de su gusto pero que no siempre aporta. Esta vez sí lo hizo, apretando atrás a Shai y acelerando el juego en ataque, siendo más incisivo. Fue un cambio radical, un 16-0 de parcial para los texanos antes del susto de la noche. Jalen Williams se fue al vestuario con evidentes muestras de dolor en el tobillo. Para entonces el alero ya estaba funcionando a pleno rendimiento: 11 puntos y 6 asistencias. Volvió al inicio del último cuarto, con su equipo por debajo (84-78).
A partir de ahí todo el mundo puso todo lo que tenía, si es que no lo habían hecho ya. Irving empezó a sacar la barita con tres canastas seguidas, Holmgren atacó el aro de los Mavs como no lo había hecho hasta entonces y las hostilidades entre Doncic y Dort seguían creciendo. A 6 minutos del final los Thunder comenzaron a hacer faltas intencionadas a Dereck Lively para mandarle a la línea de personal. Cualquier estrategia era buena para sacar ventajas en mitad de una batalla tan dura y con tan poco acierto. Pero Lively, un jugador que supera por los pelos el 50%, estuvo por encima de lo habitual (8/12). El bloqueo era general y ya estaba claro que quien ganase lo iba a hacer sufriendo atrás, mucho más que brillando en ataque. Ahí se hizo grande, contra todo pronóstico, la figura de Doncic. Porque no es su negociado y porque no está en plenitud. Pero los verdaderos líderes no entienden de excusas, sobre todo en el fragor de la batalla. Y el esloveno demostró que también puede ser ejemplo bajando al barro. De hecho, en los playoffs de la NBA muchas veces se gana por eso. Y los Mavs están un pasito más cerca de hacerlo.