NÁPOLES 0 - BOLONIA 2 / El Bolonia toca el cielo en el Maradona
En casa de un Nápoles cada vez más hundido, los de Thiago Motta ganaron 2-0 y tienen la clasificación a la Champions a un paso.
El excampeón de Italia, por su parte, sigue en su depresión sin fin. Solo ganó una vez en las últimas nueve jornadas y está a punto de perder también la clasificación a la Conference, que supondría romper su racha (la mejor de Italia) de 14 temporadas seguidas en competiciones europeas. Es octavo, pero con solo un punto de ventaja sobre la Fiorentina, que debe recuperar dos partidos.
La diferencia abismal de condición física, mental, identidad y motivaciones estuvo clarísima en el primer cuarto de hora, el tramo que decidió el encuentro. Tras nueve minutos, un disparo de Zirkzee anulado desesperadamente por Rrahmani llegó en la derecha a Odgaard, cuyo centro fue cabeceado a la red por Ndoye.
Los azzurri tardaron en recomponerse y el Bolonia, con su presión asfixiante, generó otro córner tres minutos después, terminado con Posch que empujó entre palos el 0-2 ante la inmóvil defensa local.
El Nápoles tuvo al menos una reacción de orgullo y en el 20′, con una jugada de Osimhen, propició la ocasión que pudo cambiar la tarde. El nigeriano fue tumbado en el área por Freuler y Politano se encargó del penalti, pero su lanzamiento fue neutralizado por Ravaglia.
Thiago Motta optó a partir de entonces por dejarle totalmente la iniciativa al rival, defendiendo con orden y sin sufrir ante la ineficacia sureña. En la segunda parte, de hecho, el Nápoles tuvo el 73% de posesión, pero, a pesar de haber sacado del banquillo a todo su potencial ofensivo (saltaron al campo Raspadori, Ngonge, Simeone y Traoré), en el Maradona nunca hubo la sensación de que el guion el partido pudiera volver a cambiar.
Cannavaro alarga la racha negra del Nápoles
El único lunar del encuentro rossoblú tuvo lugar en el minuto 75, cuando Zirkzee abandonó el campo entre lágrimas por un problema muscular en el muslo izquierdo que tiene pinta de ser serio. En el pitido final, mientras los azzurri recibían los insultos de sus tifosi, el Bolonia celebraba un resultado histórico, que le deja a un paso de cumplir su sueño. La máquina perfecta de Thiago Motta, que solo perdió una vez en las últimas 16 jornadas, suma otra tarde de ensueño.