La defensa de Trump sugirió que el pago de dinero a cambio de silencio fue una extorsión

Utilizó esta estrategia al interrogar al ex abogado de Stormy Daniels. El letrado tuvo que hablar sobre sus negociaciones de pagos a cambio de “trapos sucios” con otras celebridades

La defensa del ex presidente trató de desacreditar al abogado que negoció el acuerdo para supuestamente comprar el silencio de la ex actriz porno Stormy Daniels, insinuando que sus prácticas eran “extorsivas”.

El magnate de 77 años, ahora candidato republicano a las presidenciales de noviembre, está acusado de falsificar documentos comerciales para ocultar un pago de 130.000 dólares a Daniels pocos días antes de las elecciones de 2016, que ganó contra la demócrata Hillary Clinton.

Trump, que siempre ha negado haber sostenido una relación con la ex actriz, empezó la jornada con una nueva vista por desacato.

Los fiscales instaron al juez Juan Merchan a multarlo de nuevo por violar, una vez más, una orden suya que le prohíbe referirse en las redes sociales a los testigos, los miembros del jurado y personal de la corte.

El juez, que ya le ha impuesto sanciones por 9.000 dólares por desacato, no tomó ninguna decisión.

Utilizó esta estrategia interrogando al ex abogado de Stormy Daniels. El letrado, involucrado en el acuerdo, tuvo que hablar sobre sus negociaciones de pagos a cambio de “trapos sucios” con otras celebridades (REUTERS/Jane Rosenberg)
Utilizó esta estrategia interrogando al ex abogado de Stormy Daniels. El letrado, involucrado en el acuerdo, tuvo que hablar sobre sus negociaciones de pagos a cambio de “trapos sucios” con otras celebridades (REUTERS/Jane Rosenberg)

Después, el juicio siguió su curso con la presencia en el estrado como testigo de Davidson, ex abogado de Daniels. Tras el turno de la fiscalía, la defensa de Trump intentó acorralarlo.

El pago a Daniels, que según la acusación el magnate encubrió como gastos legales de su entonces abogado Michael Cohen, quien adelantó el dinero de su bolsillo, es el centro de este juicio que sienta por primera vez en el banquillo a un ex presidente en la historia del país.

La semana pasada otro testigo de la fiscalía, el ex presidente de la empresa editora del diario sensacionalista National Enquirer David Pecker, contó cómo se gestaban estos pagos en una práctica que la prensa estadounidense denomina “atrapar y matar”, es decir, comprar una información para que no se publique si es dañina para el interesado.

Beneficiarias de esta práctica fueron supuestamente Daniels y la modelo Karen McDougal, que habría recibido 150.000 dólares, para que no revelaran supuestas relaciones que mantuvieron con el magnate con el fin de que no interfirieran en su campaña electoral de 2016.

Davidson fue el negociador de Daniels y McDougal y el abogado de Trump, Emil Bove, no tardó en atacarlo.

“Cuando usted estaba negociando en nombre de McDougal y Daniels, ¿una de sus preocupaciones era mantenerse en el lado correcto de la ley con respecto a la extorsión?”, preguntó Bove.

“Supongo que sí”, respondió Davidson. “Hice todo lo que pude para asegurarme de que mis actividades eran legales”.

Bove preguntó a Davidson sobre su participación en otros casos en los que “extrajo” dinero de famosos con algo que ocultar, citando un acuerdo que implicaba a la estrella de Pelotón Charlie Sheen.

El abogado de Los Ángeles se opuso al uso de la palabra “extraer” en un intercambio irritado, aunque reconoció que fue investigado por autoridades federales y estatales por presunta extorsión cuando representaba a clientes que tenían en su poder un video sexual del exluchador profesional Hulk Hogan, si bien no fue acusado de nada.

El e xabogado de Trump “quería que ella (Daniels) negara la historia para proteger a su cliente” y había amenazado con “hacer llover un infierno legal” sobre la ex actriz, dijo Davidson durante las diligencias de este jueves.

Inmerso en este proceso en medio de su campaña presidencial, Trump aprovechó que el miércoles no que tenía audiencia en el juicio para realizar un mitin en Wisconsin, donde acusó de sus problemas legales y de los males que aquejan al país al presidente Joe Biden.

Durante dos semanas, Trump ha asistido a horas de testimonios, a veces técnicos, visiblemente enfadado con el juez, que le ha exigido estar presente todos los días.

Víctima, según dice, de una “caza de brujas” por los diferentes frentes legales que tiene abiertos - tres por supuestas maniobras para desconocer las elecciones de 2020 y una por llevarse documentos clasificados tras dejar la Casa Blanca, el magnate republicano asegura que este juicio es una “interferencia electoral”.

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