José Raúl Mulino gana las elecciones en Panamá impulsado por el expresidente Martinelli, condenado por corrupción
El derechista candidato del partido Realizando Metas se impone con más de un tercio de los votos frente a Ricardo Lombana y al también expresidente Martín Torrijos
Santiago Torrado, El PaísDe principio a fin, el inhabilitado expresidente Ricardo Martinelli ha impuesto su popularidad en las elecciones presidenciales de este domingo en Panamá, la democracia más joven de la región. Antes de las nueve de la noche, el Tribunal Electoral anunció la victoria del derechista José Raúl Mulino (Chiriquí, 64 años), el sustituto del exmandatario condenado por lavado de activos, con un nivel de apoyo similar a lo anticipado por las encuestas. Con el 85% de las mesas escrutadas, el candidato del partido Realizando Metas se llevaba el 34,4% de los votos, frente al 25% de Ricardo Lombana, el candidato antisistema que superó las expectativas, y el 16% del también expresidente Martín Torrijos. El oficialista José Gabriel Carrizo quedó relegado a un paupérrimo sexto lugar (5,76%), lastrado por la bajísima popularidad del todavía presidente Laurentino Cortizo, el peor resultado histórico del Partido Revolucionario Democrático (PRD).
“Aquí hemos llegado con el voto mayoritario del pueblo panameño, duélale a quien le duela”, reivindicó un Mulino combativo en su discurso de victoria, que tuvo palabras amables con su “amigo” Martinelli. Vislumbró un Gobierno favorable a la inversión y la empresa privada, pero sin olvidar a las capas más vulnerables de la sociedad, “los que tienen hambre y necesitan agua potable en todo el país”, que consideró su base de votantes. “No me anima, a pesar de todo lo que me hicieron en esta campaña, una gota de venganza, contra nadie”, aseguró el ahora presidente electo al proclamar el fin de la “persecución política” en el país.
La campaña transcurrió inequívocamente bajo la sombra de Martinelli, un líder populista que anhelaba regresar a la Presidencia pero fue condenado a más de 10 años de prisión –después de haber sido extraditado desde Estados Unidos–. Mulino, que se consolidó como un inesperado favorito, visitó en la mañana de este mismo domingo de elecciones al expresidente en la embajada de Nicaragua en Ciudad de Panamá, donde se encuentra asilado desde febrero para esquivar la orden de captura en su contra. En un corto video que divulgaron sus asesores, se les ve abrazarse efusivamente en la sede diplomática. En la gorra del exmandatario se lee el mismo lema de la camisa del candidato, omnipresente en la publicidad de campaña: “El loco con Mulino”, en referencia al apodo por el que todos conocen a Martinelli. La Corte Suprema de Justicia solo despejó la incertidumbre que sobrevoló los comicios hasta el pasado viernes, al avalar finalmente la designación de Mulino, originalmente la fórmula vicepresidencial de Martinelli.
A pesar de que la inhabilitación prohibía también de manera expresa participar en la campaña, Martinelli mantuvo un proselitismo muy activo desde la sede diplomática para promover a Mulino, quien fue su ministro de Seguridad. El antiguo magnate de los supermercados gobernó Panamá entre 2009 y 2014, en un momento de fuerte crecimiento y multimillonarias inversiones en infraestructuras. Ese recuerdo lo ha hecho popular a pesar de sus problemas con la justicia y de ser señalado por Estados Unidos como un gobernante corrupto. Al margen del enredo jurídico, Mulino se apegó a una estrategia de atraer a los votantes con la promesa de regresar a los viejos buenos tiempos.
Sin asistir a los debates, Mulino encabezó sostenidamente las encuestas recientes, en las que Lombana y Torrijos, que defendió un discurso de unidad nacional, solían alternarse el segundo puesto. Al final, ha sido Lombana, del Movimiento Otro Camino (Moca), el que ha superado las expectativas, aunque se quedó lejos de dar la sorpresa con su marcado discurso anticorrupción. Ya en los comicios de 2019 había logrado un inesperado tercer puesto siendo un desconocido. “Somos la principal fuerza de oposición de la república de Panamá”, proclamó Lombana al conceder el triunfo de Mulino, aunque recordó que la mayoría de los panameños votaron por algunas de las otras opciones. Y le advirtió al futuro mandatario que si se atreve a “renegociar el contrato minero o usar métodos autoritarios para reprimir al pueblo, encontrará al pueblo en las calles”. En el cuarto lugar quedó el excanciller Rómulo Roux (11%) y en el quinto la independiente Zulay Rodríguez (6%), relegando a ‘Gaby’ Carrizo a la sexta casilla, un descalabro inédito para el PRD fundado por el general Omar Torrijos.
En un país que viene de afrontar una fuerte sequía, con protestas masivas en un contexto de desaceleración económica, el próximo presidente tendrá que abordar una acumulación de problemas fiscales, medioambientales, migratorios y de lucha contra la corrupción, coinciden los observadores. La gestión de Cortizo ha elevado la tensión social, que llegó a su pico a finales del año pasado. Entonces, la extensión de un contrato de la minera canadiense First Quantum Minerals provocó una oleada de protestas que escaló hasta provocar la cancelación del acuerdo y el cierre definitivo de la mina de cobre de Minera Panamá, la cual aportaba casi el 5 % del Producto Interno Bruto. A eso se suma la crisis hídrica como producto de la sequía, un problema que impacta la operación del canal de Panamá.