Fórmula 1: las propuestas a Adrian Newey y Max Verstappen que debilitarían a Red Bull
El ingeniero confirmó este miércoles su desvinculación; el piloto establecerá contactos en Miami con otra escudería grande
La ola crece y se advierte que en caso de romper arrasará con un ciclo victorioso. Los escándalos y las filtraciones desestabilizan el presente de Red Bull, que no cede terreno en la pista, pero el ruido exterior es más fuerte e imposible de esconder. Las ofertas de Ferrari y Aston Martin para conseguir los servicios de Newey acaparan el temario de la F. 1, que este fin de semana desandará el sexto gran premio del calendario, en Miami. Todo se desencadenó rápidamente. Red Bull Racing anunció oficialmente que Adrian Newey dejará el equipo de Fórmula 1 en el que ha trabajado desde 2006. El director técnico seguirá trabajando en el hipercoche RB17, pero cesará en sus funciones como diseñador de F1 con el equipo.
“Desde que era joven, he querido ser diseñador de coches rápidos. Mi sueño era convertirme en ingeniero de Fórmula 1 y he tenido la suerte de hacer realidad ese sueño”, fueron las primeras declaraciones de Newey al respecto. Y agregó: “Ha sido un gran honor para mí haber desempeñado un papel clave en el desarrollo de Red Bull durante casi dos décadas, desde novato recién llegado a equipo múltiple campeón. Sin embargo, ahora siento que este es un buen momento para ceder el testigo a otros y buscar nuevos retos para mí”.
Qué pasará con Verstappen
El circuito estadounidense conoce a un solo piloto ganador, Verstappen, que es la otra figura alrededor de la cual giran los rumores. Las dos estrellas tienen contratos vigentes: el ingeniero británico, hasta 2025; el tricampeón neerlandés, hasta 2028. Sin embargo, las chances de que los dos cumplan lo que firmaron se empequeñecen.
Silverstone y Maranello son los destinos que se ofrecen en el horizonte para Newey. Aston Martin y Ferrari, además, tienen en Fernando Alonso y Lewis Hamilton el plus de anzuelos para pescar al diseñador que mantiene inalterable la pasión por los autos y la tradición de dibujarlos en una hoja antes de que los asistentes vuelquen los trazos en computadoras. “La tecnología es útil para muchas funciones, pero comprobé que para lo que yo hago, que es conceptualizar el auto, estudiar su diseño general, puedo trabajar más rápido y mejor con un tablero de dibujo. Me gusta que sea a media escala y tener varias hojas”, relata Newey, que a los 16 años dejó el colegio secundario para matricularse en un instituto técnico y en 1977 ingresó a la universidad de Southampton, donde se graduó como licenciado en aeronáutica.
Un vínculo por cuatro años y 100 millones de euros le propondría Lawrence Stroll para que desembarcara en Aston Martin. Trabajar con Alonso, piloto con el que se profesa admiración mutua y con el que no llegó a cruzarse cuando el asturiano arribó a McLaren, en 2007; la receptividad de Dan Fallows, el director técnico con el que trabajó en Red Bull Racing, y el desembarco de los motores Honda en 2026 –forjó una fluida relación con los directivos japoneses en Milton Keynes– pueden atar la decisión de Newey a la escudería verde. No mudar a la familia del territorio británico sería un cuarto elemento que jugaría en favor de Aston Martin. “Newey es un genio, pero es una persona sensible y necesita tener un entorno tranquilo”, señaló el periodista especializado Giorgio Piola en el sitio italiano Motorsport.
La idea de diseñar para Ferrari en el que sería su último ciclo en la Fórmula 1 tiene el aura del equipo más emblemático de la historia, el único que tiene presencia en el mundial desde el inaugural 1950. Y el reto engloba múltiples estímulos. Uno es devolverle el brillo y la gloria a la Scuderia, que no consagra a un piloto desde 2007 (Kimi Räikkönen); entre los constructores, el Cavallino Rampante no se consagra desde 2008. La oportunidad de ayudar a Hamilton a ganar la octava estrella es un desafío extra: el inglés rompería el emparejamiento de coronas que comparte con Michael Schumacher, quien sumó cinco en su dominante era en Ferrari. Las expectativas y las presiones en Maranello serían mucho más intensas, e implicarían un salto ambicioso que en parte no armoniza con el pensamiento y las formas de trabajo que trazó Newey a lo largo de su recorrido en la categoría. Esa trayectoria incluye 25 títulos de campeón -13 de pilotos y 12 de constructores- y las factorías Williams, McLaren, Red Bull, Fittipaldi y March. En esta última incursionó en el campeonato IMSA, de Estados Unidos, donde también fue ganador de las 500 Millas de Indianápolis, mediante el piloto Bobby Rahal.
Los flecos de la rescisión del vínculo de Newey con Red Bull radican en el período de gardening leave, la cláusula que no permite a un empleado cambiar de equipo y empezar a trabajar en otro de modo inmediato, para no transferir secretos de diseños de coches futuros. A mayor demora en la salida del británico, el interés de Ferrari puede diluirse, ya que la Scuderia apunta a proyectar el auto de 2026 con él como eje de los bocetos y para eso necesitaría tenerlo frente al tablero de dibujo el próximo año.
El foco de atracción hoy por hoy es la situación de Newey, pero Verstappen puede protagonizar una segunda explosión en Milton Keynes. Las tensiones internas, entre ellas, las discrepancias entre su padre, Jos, y el líder, Christian Horner; la pérdida de Newey, y las dudas que provoca la sociedad con Ford para cuando la F. 1 ponga en vigencia un nuevo reglamento de motores (2026) son los puntos que el neerlandés pone en cuestión con miras al futuro. Hace un tiempo Toto Wolff estableció que el tricampeón es una prioridad para Mercedes, que en 2025 no contará con Hamilton, su piloto emblemático.
La prensa alemana apunta que en la visita del Gran Circo a Miami se aceitarán los contactos entre el boss de las Flechas de Plata y el clan Verstappen. Un sueldo de 150 millones de euros, la designación de embajador de la marca y hasta la posibilidad de fichar al controvertido Helmut Marko –asesor de Red Bull y quien propició que MadMax ocupara a los 17 años una butaca en Toro Rosso– conforman el paquete con el que la escuadra de Brackley pretende atraer a Verstappen.