FINAL CONFERENCE LEAGUE / ¡Mendilibar y El Kaabi, al Olimpo!
El equipo griego gana su primer título europeo con un gol de su estrella marroquí en el minuto 116. Segundo título continental seguido para el técnico vasco.
Ambos equipos comenzaron la final con unos principios parecidos. Los pelotazos desde la defensa estaban disfrazados de juego directo buscando las cabezas de El Kaabi y Nico González. Ni media tontería en la salida del balón. Pronto la congestión mental se despejó y los jugadores de más calidad empezaron a recibir balones al pie. Primero atacó Chiquinho. El portugués era puro veneno cuando recibía de espaldas por la velocidad en sus giros y sus toques al primer palo para descargar hacia sus compañeros más desequilibrantes de las bandas. Podence encaró desde la izquierda y exigió al máximo a Terracciano cuando el marcador solo marcaba el minuto 3 de partido. Si los griegos tenían al portugués, los italianos contaban con un argentino. Cuando la zurda de Nico González no era el principio era porque protagonizaba el fin de todas las jugadas de peligro. Eso sí, la única vez que el balón sobrepasó el umbral de una portería en la primera parte fue en una jugada aislada, tras un centro raso de Biraghi que se coló en la portería de Tzolakis. El portero quedó confundido por el intento de remate de Milenkovic y quedó anulado por fuera de juego.
Se fue reduciendo la intensidad de ambos equipos y fueron proliferando las ocasiones. Especialmente, las de la Fiorentina. Bonaventura desaprovechó una situación ideal golpeando raso y flojo. Nico González volvió a encontrar al mediapunta al espacio, pero la picadita del italiano no fue suficiente para sobrepasar a Tzolakis. Los balones a la espalda de la defensa rojiblanca estaban surtiendo efecto. Por eso el portero de Mendilibar tuvo que dar dos pasos hacia delante y estar más atento a cada balón largo, llegando a salir alguna vez del área para despejar. Lo estaba pasando peor El Kaabi, quien no encontraba su lugar. Milenkovic y Martínez Quarta le anularon. El primero reaccionó genial al mejor balón que le llegó al marroquí, quien, cuando quiso hacer un movimiento de engaño para evitar la presión del defensa con el control, se encontró al serbio de cara.
A una casi ocasión de Podence que no llegó a tal tras otro buen giro de Chiquinho, Milenkovic contestó con un poderoso cabezazo ganándole la partida a Carmo que se le fue desviado. A ello lo siguió un remate en semifallo de Kouamé que puso en aprietos a Tzolakis. El costamarfileño ya desaprovechó una oportunidad buenísima en la primera parte por no acertar en el golpeo. Iborra también rozó el gol de cabeza. Llegaban los minutos finales. Subía la tensión. Horta salió desde el banquillo para ofrecer criterio en el pase y los balones parados, pero ninguno llegaba a buen puerto para los de El Pireo. Sí lo hizo el partido a la prórroga.
Salió Quini y forzó una mano de Martínez Quarta en el área con un centro que ni el árbitro ni el VAR creyó suficiente para pitar penalti. También saltó al campo Jovetic y tuvo un buen disparo apuntando desde la frontal. Se igualaron las fuerzas. Nzola ya no asustaba tanto. Ikoné metió miedo con un remate mordido, pero Tzolakis encendió la luz. Horta, en el otro lado, era quien iluminaba cada ataque. Buscó a El Kaabi con el exterior, pero Milenkovic volvió a ser más rápido. Poco después, repitió Hezze. Esta vez no estaba Milenkovic, sino Ranieri. El marroquí aprovechó que no estaba su defensor principal y sacó partido del mismatch. Se adelantó al primer palo y marcó. El gol más especial de los 33 de su temporada, de los 11 de sus tres meses jugando esta competición. El VAR le puso suspense. Casi tres minutos de revisión. Y lo que decidió es que el Olympiacos es el campeón de la Conference League.