¿Está desapareciendo el sexo del cine? Un estudio revela que cada vez se hacen menos películas con desnudos
Un reciente análisis afirma que las escenas sexuales en las películas han descendido en un 40% en lo que va de siglo
Según un estudio de datos del analista Stephen Follows publicado en The Economist, el sexo y las escenas con desnudos han descendido notoriamente en la industria audiovisual. En concreto, hasta un 40% desde principios de siglo, según la muestra tomada por el análisis, que ha cogido como referencia las películas más populares de los últimos 24 años. El estudio añade, además, que las películas que no contienen ningún tipo de desnudo o escena sexual han pasado a ser el 50%, por el 20% que había a principios de siglo.
La pregunta que cabe hacerse es cómo nadie se había percatado antes, especialmente cuando existe precisamente la percepción contraria, que hay más sexo y libertad hoy que nunca.
Contadas pero notorias excepciones
La única explicación a este fenómeno, que viene reflejada en el propio estudio, es que las películas que sí tienen escenas sexuales y desnudos son mucho más gráficas que la media. Es decir, son menos en cantidad, pero más notorias en su explicitud, como es el caso de películas recientes como Juego limpio, Saltburn o Pobres criaturas. En las dos primeras primeras, para más inri, se mantiene sexo oral durante la menstruación, mientras que en la otra, las escenas sexuales están a lo largo de toda la película, de una forma nada velada e incluso con cierta polémica.
La representación del sexo y los desnudos ha ido cambiando con los años dentro de la breve historia del cine, desde los años de la censura del Código Hays al aperturismo y libertad de los 70. Aun con todo, hay cosas que hasta la fecha parecen casi prohibidas, como los penes erectos. Por otro lado, el estudio señala otro elemento que puede haber sido clave en el cambio de tendencia: el asentamiento de la figura de coordinador de intimidad en los rodajes.
Esta figura ha adquirido importancia en los últimos años y sido elogiada por muchos intérpretes, especialmente femeninos, pero también ha servido para cuestionar en muchos casos las formas y la propia necesidad de plantear una escena sexual o con desnudos. Estos coordinadores de intimidad son los encargados de asegurarse de que los actores estén cómodos ante todo, pero su intervención a veces resulta también en una reducción o incluso una supresión de las escenas de esta índole. A pesar de los elogios de ciertos actores, hay otros como Jennifer Aniston y Sean Bean que han cuestionado la participación de los coordinadores de intimidad, alegando que no son necesarios y que coartan en gran medida la espontaneidad de determinadas escenas.
Pero, por encima de todo, y volviendo a la citada Sin malos rollos, la conclusión del estudio no es otra que el incipiente rechazo de las nuevas generaciones al sexo. La denominada Generación Z es mucho más casta que sus antecesoras. Según otras encuestas, los jóvenes no sólo tienen menos sexo que sus mayores, sino que también quieren verlo menos en la pantalla. Puede que algunas de las películas que se estrenen sean más explícitas que nunca, pero la realidad es que son solo una pequeña representación de una industria que cada vez contempla menos los desnudos y el sexo.