El show de Sorloth y Güler
El noruego marca cuatro goles y le niega la victoria a un Madrid que ganaba 1-4 en el descanso. Arda Güler hace un doblete y Militao demuestra que no está para Wembley. El Villarreal no irá a Europa.
El ensayo general será ante el Betis la próxima semana, pero Ancelotti aprovechó la tarde para intentar sintonizar a los presuntos centrales de Wembley, porque parecía decidido a poner allí a Militao. La presencia de Sorloth, autor de 13 goles en los últimos tres meses, daba credibilidad al test. El brasileño suspendió estrepitosamente ante el fantástico noruego, autor de cuatro goles y pichichi virtual. El resto, menos Valverde, el maratoniano del grupo, fue unidad B, cuyo índice de popularidad se acerca ya al de los titulares. Empezando por Lunin, héroe sin final. En su cierre del curso, y quién sabe de una etapa, dejó una parada prodigiosa en trallazo de Sorloth que de sus guantes se escurrió hacia el palo. Luego ya no pudo detener la avalancha del noruego en el partido de su vida.
Y es que el Villarreal parece haberse citado con las musas en primavera. Muchos meses después coinciden en tiempo y forma excelentes futbolistas y un entrenador que les entiende. Ese efecto inmediato es innegable en Marcelino, cuya terapia de choque (juntar las líneas, recuperar el orden, apretar las tuercas a la plantilla y al club) ha tenido a menudo efectos secundarios: algunos de sus despidos le han llegado en pleno éxito.
Dinamita turca
Lo cierto es que el Villarreal amaneció alegre en el partido, ancho con Ilias y Guedes, largo con Gerard Moreno y Sorloth, las dos mitades de una buena naranja. Esa salida le hubiera bastado para tomar ventaja ante cualquiera, pero el Madrid es excepcional en esta Liga: domina todas las formas posibles de ganar. En La Cerámica esperó a que templara la embestida inicial del Submarino y marcó sin previo aviso. En eso ha encontrado un especialista inesperado, Arda Güler, ese zurdo con encanto al que no se le escapa una. Brahim filtró un pase interior al área y allí apareció el turco, que había viajado desde la derecha, para meter un zurdazo seco, cruzado e imparable. El chico es una ametralladora, un goleador oculto. No le descarten como solución de segunda instancia en Dortmund.
Nadie como el Madrid para sembrar el desconcierto. El Villarreal tenía armonía, llegada, cierta soltura en las combinaciones y una defensa de verbena. No tenía nada que reprocharse en ataque y todo en defensa. Por eso perdía. Primero, moderadamente. Después, concluyentemente, porque sin que dejara de amarillear el partido el Madrid encontró un segundo gol. Lucas Vázquez metió un centro roscado desde la derecha y Joselu lo cabeceó ante un Jorgensen indefenso.
Un noruego imparable
Luego, brevemente, Ceballos sacó al Submarino a la superficie. El sevillano cometió una imprudencia en área propia que aprovechó Mosquera para ponerle un centro de exterior a Sorloth, dulce que el noruego cabeceó a la red. Antes de que echara cuentas sobre el pichichi, el Madrid metió otro acelerón. El mismo equipo que defendía estupendamente su área, en un segundo metía el agua en la contraria. El 1-3 fue un plagio mejorado del 0-1. Modric, siempre Modric, filtró esta vez el pase interior, lo mejoró de tacón Brahim y Lucas, que se lo había imaginado todo, apareció en el territorio del nueve para fusilar. Y antes del descanso volvió a asomar Güler, que recibió de Lucas, avanzó escorado a la derecha y metió la pelota por el ojo de la aguja que no tapaba Jörgensen. Noveno disparo en la Liga y quinto gol. Su zurda viene con mira telescópica.
Marcelino decidió cambiar a tres en el descanso. Ni el mismo pudo imaginar el efecto. En once minutos Sorloth anotó tres goles ante la dimisión general de la defensa del Madrid. Cada tanto fue diferente del otro, pero todos magníficos, siempre con la colaboración de Gerard Moreno, otro de los duendes del encuentro. En el primero metió un estupendo cabezazo, en el segundo resolvió llegando desde atrás, en el tercero cruzó su remate con habilidad. Tuvo el quinto dos veces, pero en ambas ocasiones no metió su cabeza con acierto. En todas las imágenes apareció Militao. Ancelotti debió tomar nota de que aún no está para Wembley. Llegado el 4-4 tuvo que tirar de Nacho. Ahí quedó frenada la hemorragia. El Madrid se recuperó del desvanecimiento e incluso pudo ganar en un remate de Rodrygo al palo. Al Submarino, para entonces, le quedaban ganas, pero no las fuerzas. Definitivamente, no estará el próximo curso en Europa. Quedó varado en la orilla.