El mensaje en clave rusa de Xi Jinping en Europa
El jefe de estado chino visitó el continente, donde escribió una particular y muy significativa carta en el principal diario de Serbia. Su mención a la OTAN y la encuesta que muestra cómo caen sus apoyos en el mundo
“Un proverbio chino dice que ‘los amigos son aquellos que piensan igual’, mientras que los serbios dicen que ‘los amigos son el mayor tesoro de la vida’. Los intercambios amistosos a largo plazo entre China y Serbia y la cooperación mutuamente beneficiosa entre las dos partes indican plenamente que la continua profundización y desarrollo de las relaciones entre los dos países está de acuerdo con la tendencia histórica y los intereses fundamentales de los pueblos, contribuyendo al progreso común de ambos lados”, escribió Xi en Politika.
Pero en ese mensaje también defendió a Serbia ante las críticas internacionales por los abusos de poder que se vivencian en el país. “China respeta y apoya la elección del pueblo de Serbia por el camino del desarrollo, apoya los esfuerzos realizados por Serbia para preservar la soberanía nacional y la integridad territorial y se opone a la injerencia de cualquier fuerza en los asuntos internos de Serbia”, subrayó el jefe del régimen chino.
“Hace 25 años, la OTAN bombardeó flagrantemente la embajada china en la República Federativa de Yugoslavia, matando a tres periodistas chinos, a saber, Shao Yunhuan, Xu Singhu y su esposa Zhu Ying. Nunca debemos olvidar esto. El pueblo chino valora la paz, pero nunca permitirá que se repita una tragedia histórica”, recuerda y promete Xi. El visitante hace referencia a un ataque accidental ocurrido el 7 de mayo de 1999 en Belgrado. Estados Unidos reconoció públicamente el fatídico error, pidió disculpas y compensó a las familias por la tragedia. En su texto, al pasar, Xi lanza una advertencia: “Nunca permitiremos que se repita”. El jefe comunista se percibe mucho más poderoso militarmente que hace 25 años. ¿Qué haría en caso de otro error?
Pero es a la OTAN a la que culpa, en una columna con conceptos repetidos como “multilateralismo” y “mundo multipolar”, ofreciéndo su amistad a quienes piensen como él. Sin embargo, su mención a ese organismo en su viaje a Serbia no es inocente. La OTAN es uno de los principales soportes de Kiev y un blanco continuo del jefe de estado ruso en sus discursos. La “sociedad sin límites” que mantiene con Putin también se refleja en la narrativa del líder chino.
También resulta curioso que, teniendo un amigo tan belicoso, Xi hable en la misma publicación de “preservar la paz y la estabilidad mundiales”. De igual forma sorprendente es este último concepto: una invasión suya a Taiwán -además del drama humano que significaría- colapsaría el comercio internacional, provocando una grave distorsión de precios en todo el mundo y generando escasez de productos en gran parte del globo.
Además, una guerra en aquel estrecho supondría una acción inmediata de los vecinos asiáticos. En Hawai, hace apenas cuatro días Estados Unidos, Japón, Australia y Filipinas reforzaron su compromiso de ayuda mutua ante las hostilidades de Beijing. La preocupación creció en las últimas semanas a partir del acoso continuo que los barcos filipinos sufren por parte de la Guardia Costera china. Hace apenas horas, por su parte, Australia denunció el disparo de bengalas contra un helicóptero suyo que sobrevolaba el Mar Amarillo. Un error de cálculo podría derivar en una confrontación abierta. ¿Qué entiende Xi por estabilidad? Misterio.
Xi Jinping visita Europa intentando convencer a sus gobernantes de que sería apropiado una acercamiento con Beijing. Sobre todo teniendo en cuenta que en los últimos años “las actitudes europeas hacia China se han agriado significativamente, alimentadas por la profundización de las divisiones comerciales y por la ampliación de la cooperación económica y militar de Beijing con Moscú a raíz de su invasión de Ucrania”, publicó Christina Lu en Foreign Policy. Pero no es sólo esto lo que genera desconfianza: en las últimas semanas tanto Alemania como el Reino Unido han acusado a China de espionaje. Y el escándalo crece.
Esa desconfianza europea se repite en todo el mundo. En los últimos seis años los apoyos a China se han reducido, de acuerdo a una encuesta publicada por Gallup este lunes 6 de mayo. En 2018, 54 países se encontraban alineados -con menor o mayor grado de compromiso- con Beijing. En 2023 ese número había bajado a 22 naciones. Esta debe ser la principal preocupación de Xi.
En este contexto, las advertencias hechas por Xi de sólo mantener amistad con autócratas que piensen como él y de compartir con Putin el mismo prisma sobre la OTAN no servirán para revertir las percepciones cimentadas durante los pasados cinco años. Por mucho que hable de estabilidad, multilateralismo y paz mundial.