El lanzamiento del Boeing Starliner se retrasa al menos hasta el viernes 17 de mayo
Esta decisión se tomó tras identificar un problema en una válvula del cohete Atlas V de United Launch Alliance, diseñado para propulsar a la cápsula hacia la órbita
La válvula “zumbaba”, dijo Bruno, abriéndose y cerrándose a gran velocidad. “Los ingenieros estaban intentando determinar cuánta energía había gastado la válvula al hacerlo.”
En vísperas de la misión, la NASA afirmó que la seguridad de los astronautas es la máxima prioridad y que las autoridades no dudarían en ordenar un retraso si observaban algún problema que pudiera poner en peligro la misión. “Vamos paso a paso, despegaremos cuando estemos preparados y volaremos cuando sea seguro hacerlo”, declaró Steve Stich, director del programa de tripulación comercial de la NASA, en una reunión informativa.
“Tenemos válvulas de repuesto”, afirma Bruno. “Sabemos cómo hacerlo. Lo hemos hecho antes, pero nos llevaría varios días. Así que nos coordinaríamos... con nuestros socios de la NASA y Boeing y entonces tendríamos una fecha para ustedes muy pronto, pero no puedo decírselo ahora mismo porque todavía estamos trabajando en ello.”
El vuelo previsto es una misión de prueba -el primer lanzamiento con humanos atados al Starliner- para ver cómo funciona la nave en el espacio con una tripulación a bordo. Si la cápsula es capaz de completar con éxito el vuelo y la serie de tareas asociadas a él, la NASA la certificaría para misiones regulares que lleven una tripulación completa de cuatro astronautas a la estación espacial, habitada ininterrumpidamente desde hace más de 20 años.
Una vez que la tripulación bajó del cohete, los ingenieros enviaron una orden a la válvula para que se cerrara, y así lo hizo, con lo que se solucionó el problema, explicó. Si el cohete estuviera lanzando un satélite, y no seres humanos, habrían procedido al lanzamiento, dijo Bruno, pero se pararon por exceso de precaución.
La NASA y Boeing están ansiosas por lanzar y certificar el Starliner para vuelos regulares, lo que daría a la NASA una segunda nave espacial estadounidense capaz de llevar a sus astronautas a la órbita. SpaceX tiene el otro contrato de la NASA y lleva volando astronautas a la estación desde 2020.