El
Timão se despide de Cássio y posiblemente de Paulinho, los últimos dos
jugadores que quedaban de la final del Mundial de Clubes contra el
Chelsea.
As
Las calles de São Paulo nunca olvidarán la proeza que logró el Corinthians el 16 de diciembre de 2012. Ese día Tite logró una hazaña que no se conseguía desde hacía más de diez años que era hacer al Timão campeón del Mundial de Clubes por segunda vez en su historia. La final fue contra el Chelsea y el resultado del partido fue de 1-0 con Paolo Guerrero -segundo máximo goleador del club-. Con la reciente salida de Cássio y la renovación de Paulinho en ‘stand-by’, se podría consumar el fin de aquella legendaria plantilla que consiguió sorprender al fútbol mundial.
Una de las bajas más ‘dolorosas’ que sufrió fue Corinthians fue la marcha de
Paolo Guerrero. El
Pistolero peruano abandonó São Paulo en dirección Río para enrolarse en las filas de
Flamengo.
Con el Timão logró hacer historia realizando 50 anotaciones
consiguiendo ser el segundo máximo goleador de la historia del club y
solo superado por un gol de
Jô. Otra de las figuras de aquel equipo fue
Romarinho, atacante diestro que actualmente se encuentra en las filas de
Al-Ittihad acompañando a
Karim Benzema o
N’Golo Kanté entre otros.
La
línea defensiva de aquel partido Alexsandro-Chicão-Paulo André-Fábio
Santos ya disfruta de un merecido retiro al igual que sus compañeros de
ataque Danilo, Jorge Henrique y Emerson Sheik. En el centro del campo la
pareja de Paulinho fue Ralf, centrocampista que está viviendo los últimos ‘coletazos’ de su carrera futbolística en la Serie B brasileña con el Vila Nova.
En esa plantilla se encontraban también famosos nombres del mundo del fútbol como Felipe -recientemente retirado- que jugó para el Atlético de Madrid o Nottingham Forest o Willian Arão que milita en el Panathinaikos griego. El ingeniero de aquel equipo, Adenor Leonardo Bacchi ‘Tite’
sigue disfrutando de los banquillos brasileños en el Flamengo. Si
finalmente se confirma la salida de Paulinho, el Corinthians verá como
solo le queda el trofeo del ‘Mundialito’ en su vitrina y un recuerdo
mágico.